por las calles del tiempo donde soy, donde vibro.
entreabriendo la puerta de otros siglos ya idos.
batallando sin pausas sosteniendo una idea.
y saltaba hacia afuera redoblando el coraje.
de trazar un camino y tañer sus campanas.
una verja en su ruta con su afán y su modo.
de intachables ejemplos que moldearon conciencias.
al regar con su sangre exigiendo derechos.
de la vida al ceñirse a una fe diminuta.
por nacer solamente para ser negativos.
y dejaron recuerdos que son llantos y escarcha.
por nefastos y torpes, ambiciosos y crueles.
de algún triste fracaso o una nítida gloria.
y al cobarde que ando sin cruzar cordilleras.
al que supo emplumar con valor para un vuelo.
donde observo en detalle la razón o el instinto.
Sin dejar de ser yo, donde soy siempre el mismo.
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