Anduvo por el
mundo, por la historia
trayendo con
bondades la confianza
y en esa realidad
que fue notoria
nos puso para el
paso una esperanza.
Fue caridad,
entrega y mansedumbre
sentimiento,
equidad y fue altruismo
el albor, la
promesa, fue la lumbre
para apartar al
hombre del abismo.
Para otro
amanecer, otro paisaje
otro modo preciso
en cada acto
para plantar en
todos el mensaje
para trazar un
rumbo hacia lo exacto.
Anduvo por el
mundo, por nosotros
por todo aquel
que siente, aquel que labra
la piedad
extremada en esos otros
que jamás
conocieron su palabra.
Ni supieron de
paz, ni del consuelo
que sabe
levantar en la caída
ni escapar para
siempre de ese duelo
del error, de la
sombra y de la herida.
Su entrega fue
total, fue un ejercicio
que se enfrentó
al tormento en ese fiero
empeño del
maligno que en su oficio
clavó su cuerpo
un día en el madero.
Para acabar su
ejemplo, por borrarlo
hacer de aquella
acción una acción vana
extirparlo de
las mentes, de eclipsarlo
para dejar al
mundo sin mañana.
Pero venció la
luz, ganó lo tierno
ampliando el horizonte
de la vida
no pudo deshojar
aquel invierno
su recuerdo
después de la partida.
Anduvo por el
mundo en sus razones
por la fe, por
lo bello, por salvarnos
anduvo por el
mundo con perdones
anduvo para
todos… por amarnos.
Ernesto
Cárdenas.
1 comentario:
Que hermosa, cabal forma de hablar de Cristo, bellisimo
en todos sus sentidos, aspectos!!
Te felicito desde el alma!!
Un saludo
Aurelia
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