Entiendo no es posible marchar en
retroceso
para torcer el rumbo, para olvidar su
beso.
Para girar el ansia con prisa a otra
vertiente
y sepultar la historia detrás de lo
aparente.
Porque lo suyo abarca el alma en mis
extremos
y me embellece el sueño como los
crisantemos.
En un itinerario tenaz y delirante
de amar retando al mundo de forma
exorbitante.
De amar sin poner frenos en esa tesonera
secuencia que no sabe sentir de otra
manera.
Ya que en esa ternura lo hermoso
justifica
quererla simplemente porque me certifica.
Que existe un desafío, que existe otro
compendio
que empieza en la sonrisa y acaba en el
incendio.
O en esas sensaciones supremas del
suspenso
donde se habita un mundo que gira en el
incienso.
Para entender entonces que estoy
predestinado
a amarla en lo bendito y amarla en el
pecado.
Ernesto Cárdenas.
1 comentario:
Un poema distinto donde se mezcla amor,
razonamiento, ternura e instinto, en un instante.
El sentimiento que exhala toca el alma del
que lo lee.
¡Hermoso lo que has plasmado!
Un saludo
Aurelia
Publicar un comentario