Por conocerla mucho en esas necesarias
razones de quererla la elevo en mis plegarias.
Le doy en mi confianza y en mis resoluciones
las ansias que en mis ganas duplican sensaciones.
Siguiendo aquél camino, el de los insaciables
el mismo de los locos y los inadaptables.
Porque lo suyo alegra y abraza en lo inaudito
lo acústico de un eco que rima con mi grito.
Tal vez como un obseso o por soñarla tanto
o el miedo de perderla que llega hasta el espanto.
Por conocerla entera la arrimo a las conjuras
nerviosas de mis ansias y de mis travesuras.
Que mezclan con la noche una emoción que aspira
a ser lo que acaricia y a ser lo que suspira.
Por conocerla tanto entiendo el terciopelo
sensible de su alma que tiene algo de cielo.
Algo que llega al colmo de las insensateces
Algo que llega al colmo de las insensateces
para sentirla mía y amarla muchas veces.
Ernesto Cárdenas.
1 comentario:
Precioso tu poema, que bello que halla tanta ternura en un amor.
Muy delicado todo desde su entrega tan total.
Te felicito!!
Un saludo
Aurelia
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