El madrigal es una composición breve, delicada, siempre amorosa, tiene que tener
finura y hacerse notar por la galantería, y sobre todo debe resaltar por la
sensibilidad.
La estructura es individual, a gusto del poeta, puede tener
cualquier formato, solo se necesita como ya dice, brevedad y ternura.
Y como
ejemplo uno de Julio Flores, otro de Amado Nervo y otro mío.
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¿Me
quieres?. . ¡Qué tu acento me lo diga
ante aquel sol que muere en el
ocaso!
Tú que mitigas mi pesar. . . ¡mitiga
esta fiebre voraz en que me
abraso!
Tembló tu labio y balbució: ¡Lo juro!
Sus tachonadas puertas
entreabría
la muda noche en la extensión vacía;
y en mi espíritu lóbrego y
oscuro. . .
en aquel mismo instante amanecía.
julio
Flores
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Por
tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos
verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus
ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por
tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.
Amado
Nervo.
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Contigo
el tiempo se me achica y gira
asoma idealidad para otra esencia
y hasta
parece que en la luz conspira
con tu sonrisa clara y mi impaciencia.
Todo es un salmo tras las ilusiones
que prenden cada noche alguna
hoguera
todo hace nido como los gorriones
en la inquietud abierta de la
espera.
Contigo el tiempo desconoce climas
arrulla el alma cercenando
abrojos
cambia el sendero multiplica rimas
y brilla en el poema de tus
ojos.
Ernesto Cárdenas.
miércoles, 21 de junio de 2017
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