Fue el primero de los déspotas rusos en hacerse llamar Zar, y tal vez uno de los
más siniestros y crueles de la historia de ese oscuro y frío país, donde los
tiranos han estado siempre presentes de alguna forma, llámese zarismo o
comunismo, que es una variante de la hegemonía de un hombre sobre el gobierno,
de la opinión de una sola persona sobre los pueblos, como lo fueron la familia
de los Romanov, y más tarde Stalin en la ya desaparecida Unión
Soviética.
Iván el terrible centralizó el poder en sus manos controlando a la
nobleza, y dominando por medio del terror y del soborno a la iglesia para que
estuviera de su lado, tenía una guardia llamada Oprichniki que recorría el país
a sangre y fuego,
atemorizando, torturando y empalando a miles de personas, como
sucedió en la cuidad de Novgood y otra localidades, donde las víctimas se
contaban por decenas de miles, luego conquistó a la fuerza otras naciones como
Kazán y Astrakán y por último asesinó a su propio hijo con un bastón de hierro
golpeándolo en la cabeza.
Y ahora les presento mi poema.
Entró en
la historia por la puerta oscura
aquella de la sangre y del suplicio
con
esa despiadada contextura
que arrastra el corazón al precipicio.
Desde
su infancia maduró el horrible
sentido de lo torvo en su aspereza
por esa
crueldad que inconmovible
desata de las almas la crudeza.
Con el
peligro de tener a mano
poder extremo para romper todo
para pisar las
cosas y lo humano
para lograr sus fines de algún modo
Tiempos brumosos de episodios
rudos
de una autocracia que envolvió lo impío
de otro momento en que los
actos crudos
dejaban en las rutas lo sombrío.
Rusia fue el centro de
una acción que cruenta
empujó el salvajismo hasta la maña
de un zar que
enfermo transformó en violenta
la ansiedad de un delirio sin
entraña.
Tomó naciones y apuró el espanto
anduvo en rabias sin
aplazamientos
cubrió la historia con dolor y llanto
sin sentir penas ni
remordimientos.
Mató a su hijo en perturbada ira
de un golpe fiero en
el rigor del yugo
que impuso a fuerza en el vigor que gira
y muestra la
barbarie en el verdugo.
Fue un zar severo que marco el destino
para
ser sombra medieval y dura
de una leyenda atroz, de un torbellino
de un
despotismo cruel y una locura.
Ernesto Cárdenas.
lunes, 26 de junio de 2017
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