de
atar mi realidad a los albores
de
esos que llenan y que son clamores
de
un goce espiritual que no se pacta.
Que sigue un rumbo, que su
afán redacta
sin
medias tintas ni rincón oscuro
por
un principio que ante un golpe duro
jamás
se rinde ni su fe retracta.
Para saber que existo, que
el combate
del
tiempo no me quiebra pues soy dueño
de
mi paz, de mi grito y de mi sueño.
Por un delirio donde alegre
late
la
fe que me alimenta y da calibre
al
verso donde soy un hombre libre.
Ernesto Cárdenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario