¿Por qué no soy normal, por qué me extremo?
con este sentimiento
sempiterno
buscando con mi afán lo que supremo
me enfrenta con el cielo y
el infierno.
¿Por qué la pienso tanto, por qué sigo?
un rumbo sin cesar
que no abandona
el ansia pertinaz donde fatigo
el alma en un sopor que me
obsesiona.
Que grita complotada con su esencia
buscando más allá de la
medida
razón para sentirla en la evidencia
de todas las pasiones de la
vida.
¿Por qué soy lo distinto, por qué miro?
adentro con la rabia de
un poseso
por qué en la soledad siempre deliro
amando hasta la fiebre y el
exceso.
¿Por qué esta realidad, por qué me aparto?
de todo como arando
en impaciencias
y atado a esta tensión jamás comparto
mi sueño con ajenas
existencias.
Y por qué aún me envuelve el torbellino
de saberla en mi
fe y en mi suceso
y por qué olfateando su camino
voy detrás de su amor
como un sabueso.
Ernesto Cárdenas.
sábado, 20 de mayo de 2017
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