lunes, 10 de abril de 2017

No se marcha el amor...

No se marcha el amor, nunca se acaba
lo que nutrió con alma las raíces
tan solo se nos va si hay una traba
que eclipsa el corazón de sus matices.

Que arrastra en su destino una sentencia
oscura de un error o de una herida
si habita una inquietud en la conciencia
que rompe con lo bello de la vida.

En esa latitud de los martirios
testigos de un ayer o de un momento
que se apuró con prisa a los delirios
y se enredó por dentro en el tormento.

O en la pasión fatal que amplió el suceso
tras decorar feliz un escenario
que terminó rumiando en el exceso
un sopor, un hastío y un calvario.

Y es que el amor se marcha si no tiene
verdad en su actitud y en su excelencia
sino se le bendice y se mantiene
en una concluyente transparencia.

De dos para marcar un solo paso
de dos para escucharse en un latido
de dos para beber de un solo vaso
de dos para tejer un solo nido.

Para alcanzar amando enhorabuena
ternura excepcional sin titubeos
para sembrar cantando la azucena
perfecta de la noche y los deseos.

No se marcha el amor se va apagando
el entusiasmo antiguo en el vacío
no se marcha el amor se va agotando
y al final ya sin fe muere de frío.

Ernesto Cárdenas.

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