lunes, 18 de diciembre de 2017

A ser feliz...


A ser feliz estoy resuelto y pongo
mi empeño en esa idea decisiva
para trazar en la razón que expongo
la ruta que será definitiva.

Sepultaré la sombra de otra hora
dejaré a un lado lo que fue nocivo
y solo abrazaré lo que valora
la grata forma de sentirme vivo.

A ser feliz porque después de todo
hay algo que me alienta y me conviene
para eso entero de encontrar el modo
bonito de un amor que me sostiene.

Retando el tiempo que se asoma en canas
en cada tramo donde restan luces
con otro afán que multiplica ganas
para arrancar los clavos de mis cruces.

Rompiendo inercias que tuvieron antes
otro motivo que alteró el detalle
para volver con ritmo a los instantes
del brillo de su risa y de su calle.

A ser feliz me he decidido y pido
atar mi realidad a su argumento
a ser feliz junto a su amor cosido
a ser feliz hasta el postrer aliento.

Ernesto Cárdenas.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

El trovador medieval...

Nada ha llamado tanto la atención de los historiadores modernos como  el misterio de los trovadores, que con sus himnos, sus versos y sus canciones abrieron las puertas a un idealismo diferente, en un idioma intrincado, complejo, en una manera de comunicar las cosas embrollando, enmarañando el concepto para escapar de la mirada, de los oídos ajenos a su verdadero sentido estructural y emocional, que al parecer era su invariable y concebida meta.
Y ese versar, esa forma de actuar de los trovadores entre rima y melodía sentó las bases para la expansión de la cultura, de la caballerosidad, en una época difícil en donde hasta los reyes eran analfabetos.
La trama, lo inescrutable de éstos hombres (según Gérard de Sede en su libro, “El tesoro Cátaro”) es que durante 400 años recorrieron los caminos, primero del sur de Francia y luego de Europa reiterando el mismo principio, frecuentando el mismo argumento una y otra vez.
Imaginen a cientos de poetas cantar a una dama que no tenía nombre, solo seudónimos como “La verdadera luz,” “Rosa bermeja” etc. vagar por todo el mundo antiguo con su laúd al hombro clamando por un amor imposible, detrás de una mujer jamás visualizada, como un versar para un sueño, para un símbolo o como un estertor, un dolor ante una esperanza sin mañana.
Era lo que se conocía en ese momento como el amor cortés, un amor entregado, desinteresado, que por medio del lirismo se hizo trova y hasta la misma palabra “Trova” en su etimología, significa buscar, encontrar, o simplemente expresar en tropos, en giros de palabras otra realidad detrás de lo aparente.
O sea, los trovadores medievales no eran claros, ocultaban algo en sus rimas, eran poseedores de un decir clandestino, de un mensaje solo conocido por ellos y transmitido por medio del lenguaje figurado a lo que ellos llamaban “Trobar clus” y clus en su etimología también significa cerrado, o mejor dicho poema hermético, vedado para los no entendidos.
Es largo el tema, y solo concluiré diciendo que muchos autores modernos los mezclan con los Cátaros, porque fueron contemporáneos con ellos y porque la palabra “dama” era también sospechosamente el mismo nombre que esos religiosos daban a su iglesia desaparecida por presiones del papa y por las guerras, que al parecer los exterminaron con la toma de Montségur  en las llamadas cruzadas albigenses.
Se cree que esos poetas, esos tristes trovadores eran con sus versos sacerdotes, gritos de angustia, quejas desde el fondo de sus almas por la dama, ¿la iglesia cátara?... perdida para siempre en medio de una época, donde los libros y los hombres eran pastos de las llamas cuando no aceptaban la religión católica imperante, férreamente establecida a sangre y fuego.

El trovador medieval…

Giraron el lenguaje, complicaron
la forma transmutando el pensamiento
y en esa intensidad ejecutaron
un rito más allá del argumento.

Se ataron a su magia en sus dicciones
cifraron su hermetismo a un ministerio
a un arcano confuso en sus canciones
secretas que indicaban un misterio.

Con una acción distinta en el esquema
sellado de un trovar ambivalente
mudaron el idioma a otro sistema
oscuro, retorcido y disidente.

Y así durante siglos repitieron
la misma percepción, la misma causa
sin cambios en el arte que cumplieron
detrás de una pasión sin tomar pausa.

Nadie supo el por qué de aquél empeño
cerrado sin dar luz, sin dar la llave
sin dar la conclusión a ese diseño
oculto sin el rastro de una clave.

Para ese seguimiento de un delirio
antiguo que saltó sobre lo ido
sobre una realidad, sobre un martirio
que no pudo quedar en el olvido.

Tal vez fueron la voz de esa notoria
idea para un cauce y una senda
un enigma quizás para otra historia
en tropos de un decir… a quien lo entienda.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Hoy ya sé que estoy viejo… 12/8/2016.

Hoy ya sé que estoy viejo el ruido me molesta
y si no me entretienen me duermo en una fiesta.

Me pierdo entre la gente con mis ojos rojizos
con mis torpes maneras y mis dientes postizos.

Con mis incongruencias que repiten el cuento
que ya dije otras veces con el mismo argumento.

Hoy s
é que ya estoy
 viejo por mis complicaciones
por  mi tos, por mi artritis y por mis depresiones

Por  el Alzheimer justo, exacto en su medida
porque el mal se nos junta ya al final de la vida.

Aunque se trate en vano de no aceptar la historia
aquella que repite que no hay escapatoria.

Y más cuando notamos el paso algo más lento
y ante el menor esfuerzo perder hasta el aliento.

Hoy sé que ya estoy viejo, estoy en pleno ocaso
y cuando opino o hablo ya nadie me hace caso.

Me sientan, me regañan, controlan mi dinero
y si protesto entonces me llaman majadero.

 Me acuestan cuando quieren, me obligan a la sopa
me escogen los zapatos, mis gafas y la ropa.

Mientras de mi pasado recuerdo una ilusión
cuando en la mano entonces no estaba este bastón.

Ni torpe yo observaba a la muchacha hermosa
con mi arteriosclerosis y la vista borrosa.

Hoy sé que ya estoy  viejo el cuerpo me lo grita
Por algo que se ha muerto… y ya no resucita.

Ernesto Cárdenas
.

miércoles, 13 de septiembre de 2017


Juan Knox, el fanatismo en los extremos.

Juan Knox fue un sacerdote escoses, que se pasó a la reforma luego de conocer a George Wishart, el mismo que luego fuera quemado por órdenes de la reina María de Guisa, cuya ejecución llevó a cabo David Beaton, que más tarde fuera asesinado.
Este sacerdote tuvo que escapar varias veces por alterar el orden y perseguir con saña todo lo que fuera en contra de sus palabras, porque la virtud para él era lo que conocía, lo que decía y otro modo de virtud  ajeno a su palabra era el pecado y era lo apócrifo.
No discutió jamás su credo, se pensaba perfecto y trataba a todos con rudeza, mientras rogaba por la muerte de sus enemigos.
Quien pensara distinto era de la raza de Satán, quien no creía en su verbo tampoco podía creer en las escrituras, porque él era (así pensaba) la voz de Dios en la tierra.
Nadie llevó como este reformador más lejos la exacerbación, nadie lo superó en arrogancia, en esa tempestad de las pasiones.
Se le considera el fundador del presbiterianismo.
Cuando alguien le iba a la contraria lo atacaba, y no lo perdonaba, así vivió, así murió, llevando a los extremos su fanatismo, su intransigencia y su intolerancia.

Su vida fue la fobia y los rencores
por lo febril total de su doctrina
fue un empeño sin fin por los fervores
obtusos de un obseso que alucina.

Lo extremo en la reforma, en ese tema
de luchas por diversas opiniones
jamás tuvo piedad en ese esquema
que solo desbordaba aberraciones.

En ese tiempo donde con la imprenta
el hombre tomó un nuevo desafío
para pensar distinto sin la atenta
iglesia que impedía el albedrío.

Su alma fue la estrecha línea recta
en su altivez frontal como un cruzado
y rigidez de un credo que proyecta
la atrofia de un oscuro apostolado.

Pues fue la opacidad, lo limitado
que no aceptó otro modo que su modo
que no cambió una letra en el dictado
oscuro de su orgullo que era todo.

Mucho más que Lutero y que Calvino
y aquél Savonarola de Florencia
su verbo era la guerra, el torbellino
ajeno de piedad o de clemencia.

Severo, crudo en su actitud cerrada
tenaz en su constancia y sus visiones
sin nada de piedad en la mirada
con mucho de acidez en sus acciones.

No supo ni de luz ni simpatía
sumido en su furor hasta el exceso
para entender que existe poesía
en cada compasión y en cada beso.

Así murió  atado a su arrogancia
sin nunca renunciar a su doctrina
perenne sin variar la intolerancia
en medio del furor y de la inquina.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 28 de julio de 2017

Y por decirlo bien...

Y por decirlo bien, bien te lo digo
sin medias tintas para ser más claro
que es privilegio compartir contigo
cosas del alma en este mundo raro.

Por esa luz de tus labores buenas
que son motivos de una acción que cierta
sabe al que sufre comprender sus penas
y dar consuelo con la mano abierta.

Porque das todo con amor sin pausas
llenando el rumbo de esperanzas gratas
haciendo el bien por diferentes causas
por mil razones que en ti son innatas.

Y por decirlo bien en ese anhelo
donde lo tierno sin cesar regalas
vas con piedades conquistando el cielo
como algo hermoso que nació con alas.

Ernesto Cárdenas.

 

miércoles, 5 de julio de 2017

Un alma de otro siglo...

Vengo de más allá, de otra memoria
que caminó en su noche lo inaudito
quizás de un sortilegio en esa historia
extraña de buscarla hasta en el grito.

Tras la emoción exacta, tras la meta
de rubricar con fiebre los fervores
de ser un terco loco, ese poeta
que descubrió en su risa los colores.

En la tarde, en el alba, en infinitos
motivos de las aves y las rosas
en las grafías de los manuscritos
y en el mensaje de las mariposas.

Vengo a retar la ausencia, a ser una
conmoción para un rito en la alborada
vengo a bruñir espejos en la luna
y a encontrar mi equilibrio en su mirada. 


Para encender los símbolos, los leños
del santo, del guerrero, del que peca

y a descifrar las voces de los sueños
que son rumor de adentro y biblioteca.

Vengo como ya dije de un latente
innato frenesí donde liberto
las ansias porque soy sencillamente
un alma de otro siglo que no ha muerto.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 1 de julio de 2017

Pericles...

Pericles fue un político y militar ateniense, que tiene entre sus logros haber derrotado a los persas en las guerras médicas y con eso salvar a Europa, pero también fue un orador famoso en su tiempo por su palabra grave, culta y sus ideas profundas, protegió las artes y nunca su virtud ni su honradez estuvieron en dudas, fortaleció la democracia como nadie antes, pero por sobre todo eso, se le conoce por haberle dado a la ciudad de Atenas su más conocido esplendor, al construir encima de arcaicas ruinas la mayor obra de Grecia, aquello que a pesar del tiempo y el maltrato por las guerras contra los turcos, aún permanece vigente como un logro de belleza y de esfuerzos hoy difícil de superar, porque la Acrópolis es lo que más que se recuerda de Grecia, y sobre todo el Partenón, erigido por el arquitecto Calícrates y decorado por el mejor escultor de la antigüedad que no era otro que Fidias, y este Partenón es lo primero que se admira al llegar al lugar, o simplemente verlo en alguna fotografía panorámica, en fin, para no alargarme ante tanta magnificencia, mi poema.

Pericles y el proyecto fascinante
del Partenón insignia en el prodigio
al ática cambiaron el semblante
pasado por grandeza y por prestigio.

De habilidad política tremenda
benéfico en las artes que hoy se aprecia
ilustre fue genial en la estupenda
cultura inspiradora para Grecia.

Su lucha fue violenta y compasiva
para alcanzar su meta y su destino
y un alma visionaria y sensitiva
rozando sin saberlo lo divino.

Y quiso construir un monumento
pentélico, sagrado, reluciente
dejando así al morir un testamento
al mundo sin tener antecedente.

Que fuera lo notable, lo distinto
solemne para todos, (memorable)
hierático, que fuera aquel recinto
a Palas venustez inimitable.

Y comenzó la obra quijotesca
de formas en el mármol perdurable
la obra diferente, gigantesca
la obra en su ideal inmensurable.

Fue el triunfo de una raza, de un encanto
del mazo dando hechura al alabastro
fue el triunfo del esfuerzo y de ese canto
sublime en el exceso como un astro.

Lo eximio, lo agradable, lo exquisito
lo óptimo, soberbio, lo selecto
sin dudas algún trozo de infinito
robado en el afán a lo perfecto.

Era el primor a Palas Atenea
el templo construido a la hermosura
era la gracia, el cisne que aletea
y la fe desplegando arquitectura.

Una razón, tal vez una maniobra
de Fidias contemplada por Esquilo
una visión fastuosa de la obra
de magia relevante en el estilo.

Tal vez supo Pericles el futuro
o en Delfos tuvo signos verdaderos
supo alcanzar la gloria en un conjuro
supo por Zeus los frutos verdaderos.

Supo retar el miedo y los vestiglos
impávidos de fuerza en las arcanas
oscuras realidades que en los siglos
grabaron su destino en los mañanas.

Supo de luz, de vidas de otras vidas
del hombre que se eleva con sus sueños
y almas de otras almas en medidas
magníficas de brillo en los empeños.

Supo alcanzar del tiempo los convenios
altivo en su sitial para la historia
supo anidar su nombre en los milenios
supo quedar por siempre en la memoria.

Ernesto Cárdenas.

miércoles, 28 de junio de 2017

Los mitos...

Los mitos son narraciones
de otro tiempo y de otro hecho
referencias de otro trecho
de viejas generaciones
son místicas tradiciones
bajo otra escenografía
sin luz ni cronología
para explicar el proceso
de algún hito en el exceso
que alcanzó la fantasía.

Los mitos son las historias
que distorsiona la gente
exagerando en su mente
retazos de otras memorias
de otros héroes, otras glorias
sin recuerdos, sin un dato
sin realidad en lo innato
ya que aún no se inventaba
la escritura y se pasaba
de boca en boca el relato.

Cosmogónicas maneras
de los acontecimientos
antiguos de un argumento
sucedido en otras eras
que alumbraron las hogueras
y que causara un impacto
en las almas tras un acto
que exagerara después
el hombre cuando a través
de su agnosia no fue exacto.

Porque todo se ignoraba
y la ciencia no existía
y solo la hechicería
a interpretar lo llevaba
a verse frente a una traba
de confusión y de credos
de sombras, de mil enredos
en una tierra violenta
bajo el rayo y la tormenta
que duplicaba sus miedos.

El mito pudo ser cierto
en otra forma eventual
que se asoma en lo ancestral
primitivo de otro huerto
porque hoy todo está cubierto
por siglos que contrarían
la lógica y extravían
la razón y su compás
porque surgieron sin más
cuando los pueblos nacían.

Ernesto Cárdenas.

martes, 27 de junio de 2017

Una forma...

Una forma de amar, una manera
de confundir dos sueños, dos excesos
dos realidades en una milagrera
emoción de sentir hasta en los huesos.

Por algo que nos llena, que nos ata
a una razón del alma que florece
a algo que grita dentro y que delata
con cada anochecer lo que estremece  

Lo que delinea un salmo y nos anima
a reeditar la luz, buscar el centro
a no perder la fe y seguir la rima
del  verso que se escribe desde adentro.

Una forma  que canta en el camino
con notas de otro afán para la marcha
una forma que altera hasta el destino
para encender un sol sobre a la escarcha.

En una conmoción franca y vehemente
para retar el tiempo y no olvidarse
una forma de amar seguramente
como nunca se amó ni podrá amarse.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 26 de junio de 2017

Iván el terrible, Zar de Rusia...

Fue el primero de los déspotas rusos en hacerse llamar Zar, y tal vez uno de los más siniestros y crueles de la historia de ese oscuro y frío país, donde los tiranos han estado siempre presentes de alguna forma, llámese zarismo o comunismo, que es una variante de la hegemonía de un hombre sobre el gobierno, de la opinión de una sola persona sobre los pueblos, como lo fueron la familia de los Romanov, y más tarde Stalin en la ya desaparecida Unión Soviética.
Iván el terrible centralizó el poder en sus manos controlando a la nobleza, y dominando por medio del terror y del soborno a la iglesia para que estuviera de su lado, tenía una guardia llamada Oprichniki que recorría el país a sangre y
fuego,
atemorizando, torturando y empalando a miles de personas, como sucedió en la cuidad de Novgood y otra localidades, donde las víctimas se contaban por decenas de miles, luego conquistó a la fuerza otras naciones como Kazán y Astrakán y por último asesinó a su propio hijo con un bastón de hierro golpeándolo en la cabeza.

Y ahora les presento mi poema.

Entró en la historia por la puerta oscura
aquella de la sangre y del suplicio
con esa despiadada contextura
que arrastra el corazón al precipicio.

Desde su infancia maduró el horrible
sentido de lo torvo en su aspereza
por esa crueldad que inconmovible
desata de las almas la crudeza.

Con el peligro de tener a mano
poder extremo para romper todo
para pisar las cosas y lo humano
para lograr sus fines de algún modo


Tiempos brumosos de episodios rudos
de una autocracia que envolvió lo impío
de otro momento en que los actos crudos
dejaban en las rutas lo sombrío.

Rusia fue el centro de una acción que cruenta
empujó el salvajismo hasta la maña
de un zar que enfermo transformó en violenta
la ansiedad de un delirio sin entraña.

Tomó naciones y apuró el espanto
anduvo en rabias sin aplazamientos
cubrió la historia con dolor y llanto
sin sentir penas ni remordimientos.

Mató a su hijo en perturbada ira
de un golpe fiero en el rigor del yugo
que impuso a fuerza en el vigor que gira
y muestra la barbarie en el verdugo.

Fue un zar severo que marco el destino
para ser sombra medieval y dura
de una leyenda atroz, de un torbellino
de un despotismo cruel y una locura.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 24 de junio de 2017

Juan boscán Almogáver...

Juan Boscán Almogáver ( 1492- 1542 ) logró el mérito de romper el arcaico estilo medieval, donde en rudos y desiguales versos se repetían antiguas gestas, romances sin ordenes, y octosílabos combinados de pie quebrado, también conocidos como coplas, y sin olvidar la cuaderna vía, de irritante y repetida rima.
Fue el primero en reconocer el valor del endecasílabo, (verso de once sílabas de origen italiano ) y aun siendo un poeta de segundo nivel, tuvo la fortuna de ser amigo de Garcilaso de la Vega, el cual llevó la nueva corriente hasta la cima literaria de su tiempo, la que aún hoy se deja sentir en nuestros días.
Y como mis versos son en su mayoría endecasílabos creo que le debo a Boscán un pequeño reconocimiento.

Innovador sin pausas, sin censuras
mutaste con tu afán el viejo esquema
rompiendo del ayer las estructuras
que ahogaban en rutinas el poema.

Trazaste nueva línea disidente
mostraste otras formas funcionales
cambiando sin ningún antecedente
aquellas poesías medievales.

Hoy eres faro sin que existan dudas
sin importar los siglos tras la idea
porque en el tiempo sin morir saludas
las olas que hacen viva la marea.

Eres Boscán unido a Garcilaso
la senda que define otra corriente
marcando antes que nadie el grato paso
que puso en el versar lo diferente.

Eres la nota que alteró la historia
el símbolo del metro que acrisolas
eres Boscán enorme, eres la gloría
del giro de las letras españolas.

Ernesto Cárdenas

Pierre de Ronsard, el amor impisible de un poeta...

Siendo joven la vio en un baile de su majestad Francisco l, y sin saber más nada concentró su entusiasmo en conocerla, ella era la elegancia en el salón por sus modales, por su belleza y por ser hija de uno de los hombres más ricos de Florencia, aquella ciudad italiana que tanto dio para el desarrollo de la cultura en esos tiempos del renacimiento, su nombre era Casandra Salviati, y también al conocer a Ronsard sintió por él una simpatía que presagiaba el amor.
Se conocieron y se dieron un único beso y ella le envió un mechón de sus cabellos rubios, como un recuerdo y como una promesa de aquello que los levitaba, él le recitó algunos versos propios y ella se quedó encantada.
La familia, como se acostumbraba en esos tiempos le escogió un esposo, uno de acuerdo con su nivel y su categoría y ella se vio privada del otro amor, el de la poesía de adentro, el de Pierre de Ronsard que le había llenado el sueño de perfumes y de arrullos.
Nada pudieron hacer, todo estuvo en contra desde el primer momento y se consumó aquella separación de almas, pero su historia triste se conoce por los versos de un poeta que jamás dejó de cantarla en sus rimas, que hasta la misma hora de su muerte, a pesar de los años la tuvo en su mente como una fijación y como un milagro.


Fue imposible ese amor por ese adverso
designio que hace trizas las maneras
de amar sin condición en ese terso
coincidir de las almas sin fronteras.

Un amor contra el tiempo y contra aquella
realidad que eclipsaba la costumbre
de querer que era el bien donde se sella
la inquietud de la risa y de la lumbre.

Casandra fue su afecto y fue el motivo
que le mostró que hay otros universos
otra razón a un fin superlativo
de arpegios, de emociones y de versos.

La que encendió su fiebre de poeta
en un trastorno etéreo a lo sublime
la que envolvió su empeño en la completa
sensación de lo tierno que redime.

Un mechón de cabellos como un pacto
tejió sobre los dos esa confesa
plenitud de llevar hasta lo exacto
el beso en el crisol de una promesa.

Pero en la sombra se oculta lo que ignora
lo hermoso que se inclina a lo selecto
y frío en su estertor algo devora
el sueño que se abría a lo perfecto.

Los alejó la vida hacia otra esfera
oscura que no entiende de latidos
y asesinó también la primavera
en medio de agonías sin olvidos.

Él le escribió mil versos en su ausencia
atado a una tristeza sobrehumana
llevando en su sentir la turbulencia
del grito de su noche sin mañana.

Se supieron soslayados de su anhelo
sujetados a un martirio intransigente
y a buscar recordando ese consuelo
como un algo excepcional para la mente.

Para cruzar la historia en el dilema
de lo cruel que inclinara la balanza
a un dolor, a lo triste de un poema
que rimara a un amor sin esperanza.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 23 de junio de 2017

El Neoclasicismo...

El Neoclasicismo es una corriente no muy clara, una que fluntúa entre el final del barroco y el comienzo de un estilo más acorde con los tiempos, donde ya, aunque los gustos por la antigüedad no se habían extinguido del todo, se miraba a esa época con más realismo, lejos de los ideales, tal como era, no con visos de la mitología, porque se apoyaba el criterio en el horizonte de la razón, y aunque se imitaba el arte griego y romano por mejor representar la belleza, no se hacía como durante el barroco, con la ciega reproducción de las obras sin apenas originalidad, el neoclasicismo es una manera que buscaba en lo natural y en lo sencillo su argumento, donde para ser sincero, diré que escaseaban escritores, faltaba poetas de talla para darle realce a ese momento histórico, pero que sin embargo fue un espacio para crear bibliotecas, como la fundada por Felipe V en 1712, o la inauguración de la real academia de la lengua un año después, así como el jardín botánico y el museo del Prado.
Fue en la literatura un momento para la crítica, la fábula y la poesía bucólica o pastoril, así para la Música y para la arqueología, con los trabajos de las ruinas de Pompeya y Herculano en fin, fue un espacio entre 1760 a 1830, que trajo un cambio que aprovecharía más tarde otra corriente llamada Romanticismo.


El Neoclasicismo

Torció el barroco sus brazos
frente a un arte que nacía
donde la filosofía
ya manejaba otros trazos
daba los aldabonazos
para cambiar la substancia
para dejar la otra instancia
antigua que maniataba
las letras con una traba
de asfixiante intolerancia.

Y de aquello saltó clara
otra estampa en la expresión
para una grata versión
medida con otra vara
donde se esquivó la rara
manía de lo de ayer
para la esencia del ser
que buscaba otro camino
y otro reto del destino
para un bello amanecer.

Y un diferente observar
las cosas con libertad
con esa cordialidad
que da lo particular
en el modo de pensar
sin temor a la censura
a la arcaica cerradura
de la iglesia que coartaba
la idea y la amordazaba
impidiendo su andadura.

Así el Neoclasicismo
le dio un orden racional
al sentido emocional
del alma sin rigorismo
sin el gris anacronismo
que imponía como un muro
lo caduco en ese oscuro
caminar sin un después
al matar el interés
del hombre por su futuro.

Allí venció la armonía
se quebraba el viejo esquema
porque aflorando en el tema
había una rebeldía
una nueva poesía
bucólica tras la rima
por encima de aquél clima
vetusto que agonizaba
y que al marcharse dejaba
ya un modelo sin estima.

Fue un tiempo de aclamación
de amar la naturaleza
y al arte por su belleza
llamada de ilustración
tiempo atado a la ilusión
para hacer cosas mejores
para encontrar los valores
en su espíritu y su clase
donde aleteaba la frase
en busca de resplandores.

La música cambió el tono
se creó la sinfonía
y la sonata en la vía
por conquistar otro trono
otro empeño sin encono
con instrumentos señeros
que tomaron derroteros
con otro tenue ribete
de violín y clarinete
con matices más ligeros.

Perdió el laúd su vigencia
y aquél clavicordio agudo
que era un aparato rudo
para la nueva cadencia
para marcar diferencia
en ese noble trayecto
para lograr el efecto
necesario en los preludios
tras tesoneros estudios
en busca de lo selecto.

El barroco era la forma
de resaltar la estructura
de Roma y de su cultura
sin cambiar la plataforma
era una maña, una norma
de vocablos gongorianos
de aqueos y de troyanos
de un pasado nebuloso
que hoy se mira en lo borroso
de otros momentos lejanos.

Más llegó el Neoclasicismo
fundando las bibliotecas
y eliminando en las ruecas
el hilo de otro quietismo
dando muerte al fanatismo
con didácticas maneras
que rompieron las fronteras
antes sembradas de cruces
para un siglo de las luces
sin temores ni quimeras.

Y sin esperar del cielo
el numen para una obra
para un acto en la maniobra
que hiciera cierto un anhelo
para apartarse del hielo
de otro aval y de otra senda
de otro estudiar la contienda
de dioses y de titanes
de mitos y de refranes
que apuraron la leyenda.

Se crearon los liceos
la academia de las artes
y se alzaron estandartes
de clubes y de ateneos
se abrieron grandes museos
donde al fin la arqueología
mostraba sin fantasía
los instantes de otra era
y otra vida tesonera
en otra cronología.

Y así transcurrió el suceso
de aquél minuto crucial
para ser lo argumental
de un paso para el progreso
de un arte que quedó impreso
en la historia y su corriente
que fue surco y fue simiente
de un esfuerzo singular
que nos hizo levitar
para un vuelo de la mente.
Ernesto Cárdenas.

miércoles, 21 de junio de 2017

El madrigal...

El madrigal es una composición breve, delicada, siempre amorosa, tiene que tener finura y hacerse notar por la galantería, y sobre todo debe resaltar por la sensibilidad.
La estructura es individual, a gusto del poeta, puede tener cualquier formato, solo se necesita como ya dice, brevedad y ternura.
Y como ejemplo uno de Julio Flores, otro de Amado Nervo y otro mío.
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¿Me quieres?. . ¡Qué tu acento me lo diga
ante aquel sol que muere en el ocaso!
Tú que mitigas mi pesar. . . ¡mitiga
esta fiebre voraz en que me abraso!
Tembló tu labio y balbució: ¡Lo juro!
Sus tachonadas puertas entreabría
la muda noche en la extensión vacía;
y en mi espíritu lóbrego y oscuro. . .
en aquel mismo instante amanecía.

julio Flores
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Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.

Amado Nervo.
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Contigo el tiempo se me achica y gira
asoma idealidad para otra esencia
y hasta parece que en la luz conspira
con tu sonrisa clara y mi impaciencia.
Todo es un salmo tras las ilusiones
que prenden cada noche alguna hoguera
todo hace nido como los gorriones
en la inquietud abierta de la espera.
Contigo el tiempo desconoce climas
arrulla el alma cercenando abrojos
cambia el sendero multiplica rimas
y brilla en el poema de tus ojos.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 19 de junio de 2017

No importa...

No importa ya después que me halla ido
la crítica mordaz o la alabanza
ni que caiga mi verso en el olvido
inclinando a las sombras mi balanza.

Ni importa en mi existir que las estrellas
se apaguen en mi cielo y en mi historia
y borren mis recuerdos y mis huellas
los años tras mi ruta transitoria.

Si al final solo fui un sueño roto
perdido en el tumulto de otros tantos
uno más en su rumbo hacía lo ignoto
atando a su amargura desencantos

Marchando sin colores por la vida
sin otra realidad que lo ordinario
que no supo encontrar una salida
distinta tras su paso rutinario.

No importa ya después cuando la muerte
anule la razón de lo que invoco
en el polvo, en la tierra que revierte
en nada lo que fui, que fue bien poco.

Ernesto Cárdenas.

domingo, 18 de junio de 2017

Amo la soledad...

Amo esta soledad porque me envuelve
en otra dimensión y otra secuencia
porque me trae la paz, porque me absuelve
de la inquietud de afuera y la apariencia

Porque cincela el hecho, da un contorno
frente a una realidad que filosofa
con la fe, con la noche y el entorno
de mis ansias, de mi sueño y de mi estrofa.

Amo esta soledad que mira dentro
que alegra la razón porque presencio
una verdad con luces donde encuentro
mi alma cada noche en el silencio.

Donde camino a solas esa cierta
libertad de habitar los pormenores
donde nadie conoce aquella puerta
de mi afán, mi esperanza o mis errores.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 17 de junio de 2017

Nada fue más sencillo...

Nada fue más sencillo que concretar un hecho
por efusiones mutuas o natural derecho.

Siguiendo el sincronismo lineal de la coherencia
perfectas de dos huellas para una equivalencia.

Para un ajuste noble en la avidez que acierta
el alma que descubre la luz frente a su puerta.

Porque lo dice todo, hasta el normal suceso
divino de un milagro que el tiempo deja impreso.

La noche inacabable bendice esa impaciencia
plausible de un encanto para una coincidencia.

Que llena de matices el fin que hoy nos aúna
cuando nos teje un sueño el hilo de la luna.

Nada fue mas sencillo que confirmar la alianza
profunda en el motivo real de la confianza.

Y descubrir que hay rosas detrás de esa manera
proporcional al curso bonito de la espera.

Reconociendo pasos que llegan desde lejos
y algún recuerdo grato trotando en los espejos.

Por una simetría que facilita el modo
imperativo y dulce cuando se entrega todo.

Nada fue más sencillo que perseguir su estrella
y andar por medio mundo para besarla a ella.

Ernesto Cárdenas.