sábado, 30 de junio de 2018

Voy a luchar...

Voy a luchar, andar, seguir la ruta
que dicta el buen sentido a las razones
y desechar de ayer la irresoluta
idea de existir sin ilusiones.

Ajeno de mi dicha en el suceso
conforme de habitar tras la muralla
de sombras y olvidado de ese beso
que lanza el corazón a la batalla.

Que anima a comprender, a tomar nota
de cada sensación, de cada aspecto
y de eso natural que gota a gota
nos hace conocer otro dialecto.

Otro afán en el alma diferente
otra fe anunciando la concisa
realidad que hace limpia y transparente
la música inmortal de una sonrisa.

De ese modo de ver que hay una senda
por dentro donde se abre un infinito
sin importar que entienda o que no entienda
el mundo la pasión donde gravito.

Donde siento que soy, donde delato
mi facultad entera e incendiaria
donde todo se presta y se hace grato
para hacerle al amor una plegaria.

Voy a luchar, romper la otra vertiente
antigua que orbitó una desconfianza
para sentir que vivo nuevamente
para tejer amando una esperanza.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 29 de junio de 2018

Hay almas especiales...

Hay almas especiales que son rimas
para un poema eterno sin fronteras
para saltar los muros de las eras
y comprender las nubes y las cimas.

Almas que son en sí lo diferente
que escapan de la forma conocida
y le abren al tesón otra avenida
llegando a elaborar lo trascendente .

Por el talento y por lo que avala
el genio en su obsesión incorregible
por ese batallar inextinguible
que busca las alturas como un ala.

Hablamos de las obras de Alarcón
de Dumas en su afán que dejó marca
hablamos de Boccaccio y de Petrarca
de Bécquer, de Mark Twain y de Platón.

Del arte que lo hermoso nos ofrece
mostrando en su labor lo que cautiva
del escritor que en forma imperativa
supo comunicar lo que estremece.

Hablamos de Pascal y de Argensola
de artistas que impusieron un estilo
de Flaubert, de Cervantes  y de Esquilo
hablamos de Galdós y Emilio Zola.

De Poe, de Tolstoi, de esos avales
que hoy brillan  tras Baroja y Maquiavelo
hablamos del empeño y del desvelo
de Balzac con sus temas inmortales.

De tantos que alcanzaron los puntuales
afanes para un cauce sin barreras
de aquellos que cruzaron cordilleras
con retos que hoy nos son excepcionales.

Donde el ardor total se hizo elemento
en técnica y razón para un modelo
para retar lo arcano en un anhelo
y descubrir que hay otro firmamento.

Uno para el fragor de lo que llena
el ansia en la intensión para un proyecto
uno para alcanzar eso perfecto
que sabe emocionar enhorabuena.

Para creer, sentir en esa extrema
manera de admirar lo trascendente
y descubrir lo grato, lo excelente
detrás de cada letra y cada tema. 

En cada inspiración, cada evidente
motivo para un cauce de la historia
para entender que hay magia en la notoria
conmoción de las sueños y la mente.

Hay almas especiales que enaltecen
los hechos que se arrancan de un instante
de un momento crucial que deleitante
hacen pensar en Dios cuando aparecen.

Ernesto Cárdenas.

jueves, 28 de junio de 2018

Se llega al punto...

Se llega al punto de tomar la brida
de la experiencia  al pasar la hora
cuando la historia muestra en cada herida
el tiempo malgastado que hoy devora.

Sin otra alternativa ante las cosas
para cambiar aquello donde erramos
sin otra realidad que esas filosas
maneras de palpar donde fallamos.

Ya sin remedios de enmendar errores
sin hallar al final significado
sin otras formas de esquivar rigores
amarrados a los hechos del pasado.

Lo que ocurrió se queda, nos persigue
en cada conmoción por donde fuimos
el tiempo cruza y sin variar prosigue
recordando el ayer y lo que hicimos.

Porque el destino nos condena a un hito
perenne de marchar siempre adelante
siempre al futuro que es eso fortuito
que ignora con su marcha el caminante.

Se llega al punto de saber que dimos
los años todos por lograr la suerte
y a interpretar más tarde que entendimos
la vida casi al borde de la muerte.

Ernesto Cárdenas…

miércoles, 27 de junio de 2018

En la conciencia...

No rompas con tus actos la concordia
deja vivir normal para que vivas
con esa natural misericordia
que anida tras las almas sensitivas.

Camínate por dentro, por tus calles
respetando tu rumbo y el ajeno
sin buscar en los otros los detalles
de un amor, de una rabia o de un veneno.

Deja correr al mundo como un río
no invadas de otra mente su frontera
deja la flor dormir sobre el rocío
y existir cada cual a su manera.

Miremos más allá sobre ese muro
que oculta una verdad tras la apariencia
y pensemos quizás que hasta el más puro
oculta un pecadillo en la conciencia.

Ernesto Cárdenas.

martes, 26 de junio de 2018

Cada ser...

Cada ser es un alma, un infinito
una emoción, un rumbo, una secuencia
con su andar, con su noche, con su grito
con su cruz, con su anhelo y su conciencia.

Con su azar, su equilibrio y su manera
tras su afán, su esperanza y tras su velo
tras sus fe, su obsesión, tras su frontera
tras su risa aparente o tras su duelo.

Cada ser es lo aparte en el esquema
con su error o su acierto  en el diseño
radical para un cauce en esa extrema
realidad que se niega hasta en el sueño.

Es doblez, lo plural en sus acciones
sin salir del prejuicio en cada acto
es la fiebre, es la errata en sus visiones
es la duda, es temor y es lo inexacto.

Cada ser se imagina ser distinto
mas allá de su empeño y de su yugo
cada ser es su propio laberinto
cada ser es su juez y es su verdugo.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 25 de junio de 2018

Por mi libro...

Esta pasión vehemente donde vibro
donde lo abarco todo en mis visiones
éste alternar la vida con el libro
rompiendo en ese andar las proporciones.

No se de donde viene, de que senda
de que sanguínea huella en lo apremiante
de que perdido azar en la tremenda
psicosis de un empeño alucinante.

Por el placer del tiempo en los renglones
del ansia desbordada en la apetencia
por esa fe que busca sensaciones
de letras más allá de la prudencia.

Esta inmersión constante y éste apuro
por alcanzar el cielo en la memoria
asume una razón donde mixturo
mi paso por el narro y por la historia.

Por la legión romana, por el griego
antiguo contra el persa numeroso
por el pavor del cátaro en el fuego
o el grito del germano belicoso.

Esta pasión en fin, estas acciones
abiertas son la esencia que calibro
navegando cada noche en obsesiones
por mi mundo, por mí alma y por mi libro.

Ernesto Cárdenas.

Aquelarre



Son las doce y el tan tan
grita en bronce la campana
y se prepara Satán
para la fiesta pagana.

Orgía que todo barre
fornicación de demonios
sangre para el aquelarre
semen en los testimonios.

Macho cabrío en los altares
desprecio por toda luz
obscenidad de cantares
orine sobre la cruz.

Son la cinco y el tan tan
avizor de la campana
rompe la orgía y se van
porque llega la mañana.

Entonces desaparece
bajo la tierra Satán
mientras lejano decrece
el católico...tan tan.

Ernesto Cárdenas.

domingo, 3 de junio de 2018

Nadie sabrá...

Nadie sabrá lo falso de un saludo
lejano que es amor y es arrebato
ni así verán detrás de aquél escudo
lo bello que soslaya un gesto grato.

Seremos invisibles, dos matices
de un lienzo divinal por los rincones
sabiendo entre tu y yo que las raíces
florecen cada noche en ilusiones.

Nadie sabrá que hay rumbos y que hay cosas
que pueden palpitar desde la sombra
ni entenderán por qué las mariposas
son rimas de una fe que no se nombra.

O una idea que forma otra secuencia
de sueños en la noche y en lo adverso
dos corazones detrás de una apariencia
y dos pasiones ocultas en un verso.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 2 de junio de 2018

Querer, querer...

Querer, querer es natural y es eso
que arranca de la nada una sonrisa
es encontrar por dentro el contrapeso
de un sueño que la noche profetisa.

Sentir algo que toca, que rebasa
que asombra, nos despierta y nos deslumbra
querer es ver el fuego de una brasa
saltando hacía la luz tras la penumbra.

Saber, sentir que al fin lo diferente
nos dio otra latitud para un consenso
y otra razón que altera el coeficiente
del arrullo, de las alas y el incienso.

Querer, querer es asomarse a aquello
que entiende de palomas y reflejos
es la ilusión de dos en un destello
en medio de emociones y de espejos.

De lunas para un cielo sin olvido
sabiendo de eso grato que hace bien
de rimas para darle colorido
a un alma que te espera y dice... ven.
 
Ernesto Cárdenas.

Un minuto de silencio...

De silencio guardaremos un minuto
para todos los que amaron sin medidas
y lo pido por favor como un tributo
para aquellas esperanzas fallecidas.

Para aquellos que soñaron primavera
y lanzaron su ilusión al entusiasmo
para aquellos que apostaron a una espera
que acabó siendo un dolor, siendo un sarcasmo.

De silencio guardaremos un minuto
como un gesto humanitario ante el vencido
que vistió su realidad con negro luto
y ahora busca soledad para un olvido.

Escapando una vez más de los presagios
de las sombras que inclinaron la balanza
de algo triste que nos grita que hay naufragios
en las playas al final de la confianza.

De silencio guardaremos un minuto
para todo el que dio amor a mano llena
y más tarde se enteró que todo el fruto
no valía la mitad de media pena.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 1 de junio de 2018

Las tejedoras de la guillotina...

Las tejedoras fueron un extremo grotesco de la mujer en los avatares de la revolución francesa, un fenómeno tétrico de aquellos tiempos de cambios en las ideas, de fiebres en las acciones.
Las hijas de la miseria como eran conocidas, practicaban los más diversos oficios, desde limosneras hasta prostitutas, y todas eran de los bajos fondos de la ciudad, de los suburbios más comprometidos con el crimen, tal vez por eso su actitud tan indolente ante la vida, tan insensible ante la muerte, demostrada por sus  perversidades en todas las manifestaciones de sus actos en la época del terror.
Las tejedoras eran mujeres que sin ser violentas metían miedo por sus desmanes, por sus aspectos, y sobre todo por sus costumbres de seguir los vaivenes de la guillotina por los distintos puntos de París, donde ocupaban los primeros bancos para tejer mientras esperaban “La comida de Luisita” que era el nombre popular de los condenados que llegaban en la carreta verde que transportaba a los prisioneros para ser ajusticiados, o para “estornudar en el cesto” que era la manera de la época de llamarle a los guillotinados por “el hacha nacional”.

Alguien en ese tiempo las describía como:

“Hembras maquilladas, macizas y espesas con una mirada más dura que la de un toro”

En fin…eran las incansables contempladoras de las ejecuciones, de las que aullaban tras la caída de cada cabeza, y sentían placer y mucho
orgullo en ser llamadas “Las tejedoras de la guillotina”


Marcharon al escarnio en ese oscuro
motivo de ser parte de la escena
como una aberración donde lo impuro
del alma se gozaba con la pena.

Con el dolor ajeno en esa andanza
de risas tras la angustia y el suplicio
macabra reacción de aquella hornaza
de arpías que abortaba el precipicio.

Eran estigma y eran el recodo
de rotas ilusiones tras el vino
para lanzar el mugre contra todo
para arrastrar su honor al torbellino.

Salieron del hedor de la guardilla
del fondo de los odios con prestezas
para danzar caída la cuchilla
para contar felices las cabezas.

Eran la rabia abierta y pervertida
las hijas de un furor en esa alianza
de la hez, del espanto y de la herida
de un siglo que clamaba por venganza.

Tropa de jacobinas y de ociosas
de impúdicos conceptos donde enlaza
la mente retorcida en las pasmosas
maneras de ver sangre en cada plaza.

Hasta llegar el fin para ese exceso
terrible y femenino que mancilla
la humana realidad frente al suceso
de aquella morbidez de pesadilla
.

Ernesto Cárdenas.