miércoles, 28 de junio de 2017

Los mitos...

Los mitos son narraciones
de otro tiempo y de otro hecho
referencias de otro trecho
de viejas generaciones
son místicas tradiciones
bajo otra escenografía
sin luz ni cronología
para explicar el proceso
de algún hito en el exceso
que alcanzó la fantasía.

Los mitos son las historias
que distorsiona la gente
exagerando en su mente
retazos de otras memorias
de otros héroes, otras glorias
sin recuerdos, sin un dato
sin realidad en lo innato
ya que aún no se inventaba
la escritura y se pasaba
de boca en boca el relato.

Cosmogónicas maneras
de los acontecimientos
antiguos de un argumento
sucedido en otras eras
que alumbraron las hogueras
y que causara un impacto
en las almas tras un acto
que exagerara después
el hombre cuando a través
de su agnosia no fue exacto.

Porque todo se ignoraba
y la ciencia no existía
y solo la hechicería
a interpretar lo llevaba
a verse frente a una traba
de confusión y de credos
de sombras, de mil enredos
en una tierra violenta
bajo el rayo y la tormenta
que duplicaba sus miedos.

El mito pudo ser cierto
en otra forma eventual
que se asoma en lo ancestral
primitivo de otro huerto
porque hoy todo está cubierto
por siglos que contrarían
la lógica y extravían
la razón y su compás
porque surgieron sin más
cuando los pueblos nacían.

Ernesto Cárdenas.

martes, 27 de junio de 2017

Una forma...

Una forma de amar, una manera
de confundir dos sueños, dos excesos
dos realidades en una milagrera
emoción de sentir hasta en los huesos.

Por algo que nos llena, que nos ata
a una razón del alma que florece
a algo que grita dentro y que delata
con cada anochecer lo que estremece  

Lo que delinea un salmo y nos anima
a reeditar la luz, buscar el centro
a no perder la fe y seguir la rima
del  verso que se escribe desde adentro.

Una forma  que canta en el camino
con notas de otro afán para la marcha
una forma que altera hasta el destino
para encender un sol sobre a la escarcha.

En una conmoción franca y vehemente
para retar el tiempo y no olvidarse
una forma de amar seguramente
como nunca se amó ni podrá amarse.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 26 de junio de 2017

Iván el terrible, Zar de Rusia...

Fue el primero de los déspotas rusos en hacerse llamar Zar, y tal vez uno de los más siniestros y crueles de la historia de ese oscuro y frío país, donde los tiranos han estado siempre presentes de alguna forma, llámese zarismo o comunismo, que es una variante de la hegemonía de un hombre sobre el gobierno, de la opinión de una sola persona sobre los pueblos, como lo fueron la familia de los Romanov, y más tarde Stalin en la ya desaparecida Unión Soviética.
Iván el terrible centralizó el poder en sus manos controlando a la nobleza, y dominando por medio del terror y del soborno a la iglesia para que estuviera de su lado, tenía una guardia llamada Oprichniki que recorría el país a sangre y
fuego,
atemorizando, torturando y empalando a miles de personas, como sucedió en la cuidad de Novgood y otra localidades, donde las víctimas se contaban por decenas de miles, luego conquistó a la fuerza otras naciones como Kazán y Astrakán y por último asesinó a su propio hijo con un bastón de hierro golpeándolo en la cabeza.

Y ahora les presento mi poema.

Entró en la historia por la puerta oscura
aquella de la sangre y del suplicio
con esa despiadada contextura
que arrastra el corazón al precipicio.

Desde su infancia maduró el horrible
sentido de lo torvo en su aspereza
por esa crueldad que inconmovible
desata de las almas la crudeza.

Con el peligro de tener a mano
poder extremo para romper todo
para pisar las cosas y lo humano
para lograr sus fines de algún modo


Tiempos brumosos de episodios rudos
de una autocracia que envolvió lo impío
de otro momento en que los actos crudos
dejaban en las rutas lo sombrío.

Rusia fue el centro de una acción que cruenta
empujó el salvajismo hasta la maña
de un zar que enfermo transformó en violenta
la ansiedad de un delirio sin entraña.

Tomó naciones y apuró el espanto
anduvo en rabias sin aplazamientos
cubrió la historia con dolor y llanto
sin sentir penas ni remordimientos.

Mató a su hijo en perturbada ira
de un golpe fiero en el rigor del yugo
que impuso a fuerza en el vigor que gira
y muestra la barbarie en el verdugo.

Fue un zar severo que marco el destino
para ser sombra medieval y dura
de una leyenda atroz, de un torbellino
de un despotismo cruel y una locura.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 24 de junio de 2017

Juan boscán Almogáver...

Juan Boscán Almogáver ( 1492- 1542 ) logró el mérito de romper el arcaico estilo medieval, donde en rudos y desiguales versos se repetían antiguas gestas, romances sin ordenes, y octosílabos combinados de pie quebrado, también conocidos como coplas, y sin olvidar la cuaderna vía, de irritante y repetida rima.
Fue el primero en reconocer el valor del endecasílabo, (verso de once sílabas de origen italiano ) y aun siendo un poeta de segundo nivel, tuvo la fortuna de ser amigo de Garcilaso de la Vega, el cual llevó la nueva corriente hasta la cima literaria de su tiempo, la que aún hoy se deja sentir en nuestros días.
Y como mis versos son en su mayoría endecasílabos creo que le debo a Boscán un pequeño reconocimiento.

Innovador sin pausas, sin censuras
mutaste con tu afán el viejo esquema
rompiendo del ayer las estructuras
que ahogaban en rutinas el poema.

Trazaste nueva línea disidente
mostraste otras formas funcionales
cambiando sin ningún antecedente
aquellas poesías medievales.

Hoy eres faro sin que existan dudas
sin importar los siglos tras la idea
porque en el tiempo sin morir saludas
las olas que hacen viva la marea.

Eres Boscán unido a Garcilaso
la senda que define otra corriente
marcando antes que nadie el grato paso
que puso en el versar lo diferente.

Eres la nota que alteró la historia
el símbolo del metro que acrisolas
eres Boscán enorme, eres la gloría
del giro de las letras españolas.

Ernesto Cárdenas

Pierre de Ronsard, el amor impisible de un poeta...

Siendo joven la vio en un baile de su majestad Francisco l, y sin saber más nada concentró su entusiasmo en conocerla, ella era la elegancia en el salón por sus modales, por su belleza y por ser hija de uno de los hombres más ricos de Florencia, aquella ciudad italiana que tanto dio para el desarrollo de la cultura en esos tiempos del renacimiento, su nombre era Casandra Salviati, y también al conocer a Ronsard sintió por él una simpatía que presagiaba el amor.
Se conocieron y se dieron un único beso y ella le envió un mechón de sus cabellos rubios, como un recuerdo y como una promesa de aquello que los levitaba, él le recitó algunos versos propios y ella se quedó encantada.
La familia, como se acostumbraba en esos tiempos le escogió un esposo, uno de acuerdo con su nivel y su categoría y ella se vio privada del otro amor, el de la poesía de adentro, el de Pierre de Ronsard que le había llenado el sueño de perfumes y de arrullos.
Nada pudieron hacer, todo estuvo en contra desde el primer momento y se consumó aquella separación de almas, pero su historia triste se conoce por los versos de un poeta que jamás dejó de cantarla en sus rimas, que hasta la misma hora de su muerte, a pesar de los años la tuvo en su mente como una fijación y como un milagro.


Fue imposible ese amor por ese adverso
designio que hace trizas las maneras
de amar sin condición en ese terso
coincidir de las almas sin fronteras.

Un amor contra el tiempo y contra aquella
realidad que eclipsaba la costumbre
de querer que era el bien donde se sella
la inquietud de la risa y de la lumbre.

Casandra fue su afecto y fue el motivo
que le mostró que hay otros universos
otra razón a un fin superlativo
de arpegios, de emociones y de versos.

La que encendió su fiebre de poeta
en un trastorno etéreo a lo sublime
la que envolvió su empeño en la completa
sensación de lo tierno que redime.

Un mechón de cabellos como un pacto
tejió sobre los dos esa confesa
plenitud de llevar hasta lo exacto
el beso en el crisol de una promesa.

Pero en la sombra se oculta lo que ignora
lo hermoso que se inclina a lo selecto
y frío en su estertor algo devora
el sueño que se abría a lo perfecto.

Los alejó la vida hacia otra esfera
oscura que no entiende de latidos
y asesinó también la primavera
en medio de agonías sin olvidos.

Él le escribió mil versos en su ausencia
atado a una tristeza sobrehumana
llevando en su sentir la turbulencia
del grito de su noche sin mañana.

Se supieron soslayados de su anhelo
sujetados a un martirio intransigente
y a buscar recordando ese consuelo
como un algo excepcional para la mente.

Para cruzar la historia en el dilema
de lo cruel que inclinara la balanza
a un dolor, a lo triste de un poema
que rimara a un amor sin esperanza.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 23 de junio de 2017

El Neoclasicismo...

El Neoclasicismo es una corriente no muy clara, una que fluntúa entre el final del barroco y el comienzo de un estilo más acorde con los tiempos, donde ya, aunque los gustos por la antigüedad no se habían extinguido del todo, se miraba a esa época con más realismo, lejos de los ideales, tal como era, no con visos de la mitología, porque se apoyaba el criterio en el horizonte de la razón, y aunque se imitaba el arte griego y romano por mejor representar la belleza, no se hacía como durante el barroco, con la ciega reproducción de las obras sin apenas originalidad, el neoclasicismo es una manera que buscaba en lo natural y en lo sencillo su argumento, donde para ser sincero, diré que escaseaban escritores, faltaba poetas de talla para darle realce a ese momento histórico, pero que sin embargo fue un espacio para crear bibliotecas, como la fundada por Felipe V en 1712, o la inauguración de la real academia de la lengua un año después, así como el jardín botánico y el museo del Prado.
Fue en la literatura un momento para la crítica, la fábula y la poesía bucólica o pastoril, así para la Música y para la arqueología, con los trabajos de las ruinas de Pompeya y Herculano en fin, fue un espacio entre 1760 a 1830, que trajo un cambio que aprovecharía más tarde otra corriente llamada Romanticismo.


El Neoclasicismo

Torció el barroco sus brazos
frente a un arte que nacía
donde la filosofía
ya manejaba otros trazos
daba los aldabonazos
para cambiar la substancia
para dejar la otra instancia
antigua que maniataba
las letras con una traba
de asfixiante intolerancia.

Y de aquello saltó clara
otra estampa en la expresión
para una grata versión
medida con otra vara
donde se esquivó la rara
manía de lo de ayer
para la esencia del ser
que buscaba otro camino
y otro reto del destino
para un bello amanecer.

Y un diferente observar
las cosas con libertad
con esa cordialidad
que da lo particular
en el modo de pensar
sin temor a la censura
a la arcaica cerradura
de la iglesia que coartaba
la idea y la amordazaba
impidiendo su andadura.

Así el Neoclasicismo
le dio un orden racional
al sentido emocional
del alma sin rigorismo
sin el gris anacronismo
que imponía como un muro
lo caduco en ese oscuro
caminar sin un después
al matar el interés
del hombre por su futuro.

Allí venció la armonía
se quebraba el viejo esquema
porque aflorando en el tema
había una rebeldía
una nueva poesía
bucólica tras la rima
por encima de aquél clima
vetusto que agonizaba
y que al marcharse dejaba
ya un modelo sin estima.

Fue un tiempo de aclamación
de amar la naturaleza
y al arte por su belleza
llamada de ilustración
tiempo atado a la ilusión
para hacer cosas mejores
para encontrar los valores
en su espíritu y su clase
donde aleteaba la frase
en busca de resplandores.

La música cambió el tono
se creó la sinfonía
y la sonata en la vía
por conquistar otro trono
otro empeño sin encono
con instrumentos señeros
que tomaron derroteros
con otro tenue ribete
de violín y clarinete
con matices más ligeros.

Perdió el laúd su vigencia
y aquél clavicordio agudo
que era un aparato rudo
para la nueva cadencia
para marcar diferencia
en ese noble trayecto
para lograr el efecto
necesario en los preludios
tras tesoneros estudios
en busca de lo selecto.

El barroco era la forma
de resaltar la estructura
de Roma y de su cultura
sin cambiar la plataforma
era una maña, una norma
de vocablos gongorianos
de aqueos y de troyanos
de un pasado nebuloso
que hoy se mira en lo borroso
de otros momentos lejanos.

Más llegó el Neoclasicismo
fundando las bibliotecas
y eliminando en las ruecas
el hilo de otro quietismo
dando muerte al fanatismo
con didácticas maneras
que rompieron las fronteras
antes sembradas de cruces
para un siglo de las luces
sin temores ni quimeras.

Y sin esperar del cielo
el numen para una obra
para un acto en la maniobra
que hiciera cierto un anhelo
para apartarse del hielo
de otro aval y de otra senda
de otro estudiar la contienda
de dioses y de titanes
de mitos y de refranes
que apuraron la leyenda.

Se crearon los liceos
la academia de las artes
y se alzaron estandartes
de clubes y de ateneos
se abrieron grandes museos
donde al fin la arqueología
mostraba sin fantasía
los instantes de otra era
y otra vida tesonera
en otra cronología.

Y así transcurrió el suceso
de aquél minuto crucial
para ser lo argumental
de un paso para el progreso
de un arte que quedó impreso
en la historia y su corriente
que fue surco y fue simiente
de un esfuerzo singular
que nos hizo levitar
para un vuelo de la mente.
Ernesto Cárdenas.

miércoles, 21 de junio de 2017

El madrigal...

El madrigal es una composición breve, delicada, siempre amorosa, tiene que tener finura y hacerse notar por la galantería, y sobre todo debe resaltar por la sensibilidad.
La estructura es individual, a gusto del poeta, puede tener cualquier formato, solo se necesita como ya dice, brevedad y ternura.
Y como ejemplo uno de Julio Flores, otro de Amado Nervo y otro mío.
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¿Me quieres?. . ¡Qué tu acento me lo diga
ante aquel sol que muere en el ocaso!
Tú que mitigas mi pesar. . . ¡mitiga
esta fiebre voraz en que me abraso!
Tembló tu labio y balbució: ¡Lo juro!
Sus tachonadas puertas entreabría
la muda noche en la extensión vacía;
y en mi espíritu lóbrego y oscuro. . .
en aquel mismo instante amanecía.

julio Flores
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Por tus ojos verdes yo me perdería,
sirena de aquellas que Ulises, sagaz,
amaba y temía.
Por tus ojos verdes yo me perdería.
Por tus ojos verdes en lo que, fugaz,
brillar suele, a veces, la melancolía;
por tus ojos verdes tan llenos de paz,
misteriosos como la esperanza mía;
por tus ojos verdes, conjuro eficaz,
yo me salvaría.

Amado Nervo.
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Contigo el tiempo se me achica y gira
asoma idealidad para otra esencia
y hasta parece que en la luz conspira
con tu sonrisa clara y mi impaciencia.
Todo es un salmo tras las ilusiones
que prenden cada noche alguna hoguera
todo hace nido como los gorriones
en la inquietud abierta de la espera.
Contigo el tiempo desconoce climas
arrulla el alma cercenando abrojos
cambia el sendero multiplica rimas
y brilla en el poema de tus ojos.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 19 de junio de 2017

No importa...

No importa ya después que me halla ido
la crítica mordaz o la alabanza
ni que caiga mi verso en el olvido
inclinando a las sombras mi balanza.

Ni importa en mi existir que las estrellas
se apaguen en mi cielo y en mi historia
y borren mis recuerdos y mis huellas
los años tras mi ruta transitoria.

Si al final solo fui un sueño roto
perdido en el tumulto de otros tantos
uno más en su rumbo hacía lo ignoto
atando a su amargura desencantos

Marchando sin colores por la vida
sin otra realidad que lo ordinario
que no supo encontrar una salida
distinta tras su paso rutinario.

No importa ya después cuando la muerte
anule la razón de lo que invoco
en el polvo, en la tierra que revierte
en nada lo que fui, que fue bien poco.

Ernesto Cárdenas.

domingo, 18 de junio de 2017

Amo la soledad...

Amo esta soledad porque me envuelve
en otra dimensión y otra secuencia
porque me trae la paz, porque me absuelve
de la inquietud de afuera y la apariencia

Porque cincela el hecho, da un contorno
frente a una realidad que filosofa
con la fe, con la noche y el entorno
de mis ansias, de mi sueño y de mi estrofa.

Amo esta soledad que mira dentro
que alegra la razón porque presencio
una verdad con luces donde encuentro
mi alma cada noche en el silencio.

Donde camino a solas esa cierta
libertad de habitar los pormenores
donde nadie conoce aquella puerta
de mi afán, mi esperanza o mis errores.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 17 de junio de 2017

Nada fue más sencillo...

Nada fue más sencillo que concretar un hecho
por efusiones mutuas o natural derecho.

Siguiendo el sincronismo lineal de la coherencia
perfectas de dos huellas para una equivalencia.

Para un ajuste noble en la avidez que acierta
el alma que descubre la luz frente a su puerta.

Porque lo dice todo, hasta el normal suceso
divino de un milagro que el tiempo deja impreso.

La noche inacabable bendice esa impaciencia
plausible de un encanto para una coincidencia.

Que llena de matices el fin que hoy nos aúna
cuando nos teje un sueño el hilo de la luna.

Nada fue mas sencillo que confirmar la alianza
profunda en el motivo real de la confianza.

Y descubrir que hay rosas detrás de esa manera
proporcional al curso bonito de la espera.

Reconociendo pasos que llegan desde lejos
y algún recuerdo grato trotando en los espejos.

Por una simetría que facilita el modo
imperativo y dulce cuando se entrega todo.

Nada fue más sencillo que perseguir su estrella
y andar por medio mundo para besarla a ella.

Ernesto Cárdenas.

Yo se de una pasión...

Yo se de una pasión bien definida
que se enredó en el alma y en la esencia
una emoción que trajo transparencia
a los versos, a los sueños y a la vida.

A la esperanza toda, a la emergencia
para trazar amando un escenario
y comenzar un nuevo itinerario
con otra realidad y otra experiencia.

Con un afán distinto en la armonía
que trota en la constancia y en los besos
con otra obstinación en los excesos
indecibles del delirio y la osadía.

Yo se de una pasión donde se escuda
la insurrección tenaz en su paisaje
para escalar la piel en el coraje
por encima de la niebla y de la duda.

Un amplio conjugar las ilusiones
un firme concretar lo que nos ata
y un duplicar la furia en la fogata
por desbocar sin miedo tentaciones.

Yo se de una pasión que es oportuna
para un empeño intenso que se ensancha
como una conmoción, una avalancha
yo se de una pasión…como ninguna.

Ernesto Cárdenas.

Nunca se acaba...

Nunca se acaba el tiempo ni ese instante
de amar por convicción o por esencia
de no cesar aquella trascendencia
que arrima el corazón a lo importante.

A lo que arrulla tierno y armoniza
el alma con el beso y el perfume
siempre hay una emoción que profetiza
un salmo que nos toca y nos resume.

Una inquietud que nos conjuga entera
las ansias de habitar esa pasiones
que son en su amplitud ala y hoguera
de un algo que no acepta rendiciones.

Nunca se acaba el tiempo de los sueños
de retoñar por dentro una esperanza
de reactivar de noche los empeños
que inclinan al delirio la balanza.

Que ponen el ardor sobre la trama
absurda de los años o la herida
nunca se acaba el tiempo si se ama
hasta el final exacto de la vida.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 16 de junio de 2017

Tradiciones...

Se dice que los primeros cristianos que evangelizaron Alemania, vieron como los habitantes de aquellas tierras celebraban el nacimiento del sol y el de la fertilidad, decorando las ramas de un árbol con cintas y otras figuras de colores en los días de Diciembre, en honor también a Thor, Odín y a otros dioses escandinavos, y que a esos cristianos les gustó la idea, tomando la costumbre de engalanar un pino aunque cambiando el significado.
Otros dicen que San Bonifacio, el primer evangelizador de esas regiones, al ver como adornaban un árbol alabando a otros dioses se molestó, tomó un hacha y lo cortó, plantando en su lugar un pino al cual también decoró pero en homenaje a Cristo, y Otros plantean que la costumbre es más reciente, pero como quiera que sea fue algo foráneo, nada que ver con la Biblia, ni con sus historias, en fin, solo es un tema para pensar en el árbol de la navidad.

Tradiciones paganas se incrustaron
en aquél cristianismo primitivo
y solo confusiones nos dejaron
tras un triste legado negativo.

Fue una costumbre que llegó del norte
de lengua gutural escandinava
trayendo como extraño pasaporte
un arbolito en la centuria octava.

Pegó el extranjerismo en occidente
el pueblo se enfermó de aquella fiebre
y sin haber ningún antecedente
un pino le arrimaron al pesebre.

Llenaron sus ramajes de muñecos
de escarcha tenue en llamativos copos
cual si llegaran desde el norte ecos
de inviernos que mataran heliotropos.

Y así, sin un por qué, sin discrepancia
se impuso sin saber la idolatría
aquella de seguir por ignorancia
la práctica habitual de una herejía.

Ernesto Cárdenas.

Serventesios para lo que seré...

Seré llegado en el ocaso aquello
que modelé yo mismo con mi empeño
con un amor para un feliz destello
o en un temor que no escapó de un sueño.

Todo está en mí para alcanzar la meta
lograr una esperanza inmensurable
para trotar una emoción completa
que rime un horizonte favorable.

Otra ecuación distinta fuera niebla
fuera el sentido opuesto al milagrero
latido que en mi lucha salta y puebla
de luces lo que hoy grita y lo que espero.

Seré llegado en mi final el rito
de un acto que pudiera ser victoria
o fantasmal la inercia, lo proscripto
que deja sola rabia en la memoria.

Que escapa de lo bello sin batalla
hundiendo su después en el espanto
rodeado de un sopor en su muralla
lejano de las notas de otro canto.

Seré llegado en su momento el todo
que cinceló mi paso en lo absoluto
seré la risa o simplemente el modo
que se vistió de sombras con su luto.

Ernesto Cárdenas.

jueves, 15 de junio de 2017

Tu... y ese extraño.

Eres el que tu sabes… y ese extraño
que emerge a cada rato alzando voces
ese del mal humor terco y huraño
que está dentro de ti y no conoces.

Que te sorprende siempre y desvaría
frente a un problema en un momento dado
que grita, se molesta y desafía
su entorno si algo en si no es de su agrado.

Ya que vivir es una enredadera
andes con prontitud o andes despacio
vivir es entender esa manera
de varios habitando el mismo espacio.

Ese donde eres juicio y también ira
donde hay ponderación y hay imprudencia
ese que sin saber siempre conspira
para romper la paz de la conciencia

Más no te quiebres nunca si las cosas
no tienen el tenor de tus ideas
si dejan de volar tus mariposas
y crecen tenebrosas las mareas.

Porque todos pasamos por tensiones
por esa conmoción, por ese abismo
y sentimos bullendo las pasiones
de dos en realidad que son lo mismo.

Ernesto Cárdenas.

miércoles, 14 de junio de 2017

Hay un amor...

Hay un amor que no es ambivalente
que anida la pureza entre su historia
es un amor distinto, diferente
que deja lo divino en la memoria.

Es ese amor ajeno a pequeñeces
que sabe la razón detrás del paso
y del alma las dulces placideces
que ponen la sonrisa en el ocaso.

Hay un amor que vive su momento
alegre y natural en su ternura
hay un amor que es todo sentimiento
y sabe ser feliz con su locura.

Es ese amor temprano o que retarda
marcando en lo profundo la secuencia
es ese amor que alivia y que se guarda
sagrado para siempre en la conciencia.

Ernesto Cárdenas.

martes, 13 de junio de 2017

Hermoso es constatar...

Hermoso es constatar que estás, que habitas
en un lugar exacto de mi historia
que aún puedo deshojar las margaritas
del tiempo con lo tuyo en mi memoria.

En una amenidad de conjunciones
que dan al sentimiento su motivo
y recordar que existen convicciones
para cumplir amando un objetivo.

Una razón, un himno, un aliciente
para encender del alma nuevos leños
para entender que hay calma en el torrente
y salmos en los besos y en los sueños.

Hermoso es constatar que hay proporciones
de luces para un fin de equivalencias
y siempre al escribir inspiraciones
que dan a lo que hacemos refulgencias.

Que nada asoma hoy que nos aparte
que ponga entre nosotros desvaríos
de esto que interno es conmoción y es arte
que sabe confrontar los desafíos.

Porque hay convencimientos y hay procesos
que documentan ritmos y emociones
para impedir que afloren retrocesos
y continuar rimando corazones.

Hermoso es constatar que algo embellece
al árbol con un nido entre su rama
y recordar después cuando anochece
que hay alguien que nos piensa y que nos ama.

Ernesto Cárdenas.

No es de ahora...

No es de ahora este amor ni del momento
temporal que señala el calendario
viene de otra eclosión, otro argumento
emotivo que rozó lo extraordinario.

Que subió a la cúspide de un sueño
y marchó sin temor frente al abismo
en su afán silueteando ese diseño
que venció con un beso el cataclismo.

No es de ahora este amor que fundamenta
una paz que señala lo sublime
y una luz que nos place y nos alienta
a seguir esa fe que nos redime.

Que nos funde a un delirio en la simbiosis
por una afinidad, por una urgencia
que enreda el corazón a la apoteosis
y deja su recuerdo en la impaciencia.

Y en esa realidad que se resume
detrás de este clamor donde acarreo
un ansia que me envuelve en su perfume
y empuja mi inquietud hasta el deseo.

No es de ahora este amor de torbellino
de anhelos, de obsesión en que se extrema
una pasión tenaz donde camino
con ella cada noche mi poema.

Ernesto Cárdenas.

Sobre el barroco...

El Barroco se situa entre los siglos XVll y XVlll, y es una corriente salida al final del gusto, del periodo cultural llamado renacimiento. Surge en medio de las guerras religiosas entre católicos y protestantes, en aquella contrareforma contra el libre pensamiento, y en contra de diversas interpretaciones de la Biblia no acorde con las ideas establecidas por la iglesia.
El Barroco se basa en lo decorativo en todas sus manifestaciones, pero en lo decorativo en los extremos, y se extendió con ese tono repujado a la arquitectura, que se puede contemplar en las columnas, en las paredes de las iglesias de ese tiempo, en la pintura, principalmente la conocida como “Tenebrismo” que muestra Caravaggio en sus cuadros, siempre de fondo oscuro, como esa pintura llamada “David con la cabeza de Goliat” o en “La crucificción de San Pedro” entre otras, luego en la escultura sobresale Bernini, Algardi y Francois Girandon, en la Música muchos, y en donde pongo como ejemplo a Bach, Vivaldi, y a Darío Castello, y por último se expandió a la poesía, con Luis de Góngora como cabeza principal.
Y ya para terminar la exposición del Barroco, mi poema.

El Barroco fue un faccioso
hijo del renacimiento
diferente en un momento
que marcó lo caprichoso
un afán por lo obstentoso
en todas sus vastedades
sus nerviosas ansiedades
por el horror al vacío
que se extremó al desafío
de las arbitrariedades.

Un mensaje recargado
de adornos en cada empeño
en cada terco diseño
que buscaba un resultado
un rigor en lo apretado
de atavíos a la vista
de tesón en cada arista
por resaltar exteriores
para un mundo en los clamores
apremiantes del artista

Que abordó en la arquitectura
su control sobre el espacio
y en ese confín reacio
de no aceptar la mesura
de romper con la cordura
del orden, de la impresión
de ser una aberración
frente a un lugar que desierto
no estuviera bien cubierto
en su total extensión.

Para alcanzar lo selecto
que era su real idea
la obsesión en la odisea
de su apretado proyecto
para un gran golpe de efecto
por ópticas conmociones
por asombro, reacciones
ante un tono repujado
que diera certificado
al sueño y las emociones.

Fue un exceso en lo compacto
en un esfuerzo de galas
un remolino de alas
para lograr el impacto
por lo bello y por lo exacto
de su ruta imaginaria
de aquella que autoritaria
en su intensión destacara
lo elegante y resaltara
semejando una plegaria.

Como se ve en los poemas
de Góngora y su manía
de usar la mitología
en raras estratagemas
para publicar sus temas
con expresión culterana
aquella de filigrana
que acicalaba la frase
y demostrara su clase
en la lengua castellana.

En esa de hipérbatones
de anáfora y metonimia
para lograr una alquimia
de tropos y sensaciones
en las argumentaciones
de razones legendarias
de intenciones luminarias
plasmadas en el papel
que anegaban el nivel
de imágenes literarias.

También la música rota
hacía otra composición
con una renovación
más intensa y más devota
en lo grave de su nota
donde nace contextual
la ópera coloquial
en un modo
 que delata
otro rol en la sonata
más coherente y funcional.

Fue en tiempos de la reforma
en luchas de religiones
donde chocan emociones
para un giro de la norma
para romper con la horma
y dar paso a otra corriente
a otra ruta diferente
en un reto por lograr
otra regla y señalar
los alcances de la mente.

Todo fue algo personal
de cada cual el mensaje
para armar un engranaje
que era rito individual
algo propio, radical
en su idea y la completa
vocación de esa repleta
pasión tras la persistencia
para darle refulgencia
a su obra y a su meta.

Que hoy la vemos apretada
en la ambiciosa manera
de ser una tesonera
vehemencia por la fachada
por buscar en la mirada
ajena la comprensión
esa amable aceptación
de su arte clamoroso
que nunca tuvo reposo
para la regulación.

Para un variar la rutina
de atiborrar el entorno
de concentral el adorno
de su estilo en cada esquina
en cada lado en que obstina
para soltar tempraneras
las alas de sus quimeras
como un vicio o una maña
o un ardor que lo acompaña
a nunca tener fronteras.

Y así se marchó el barroco
natural como un suspiro
para dar sesgo a otro giro
que emergía poco a poco
a otro rumbo sin sofoco
que anunciaba otro modismo
otro sin el fanatismo
para tejer otro hilo
y otro curso en un estilo
que hoy llamamos clasicismo.

Ernesto Cárdenas

lunes, 12 de junio de 2017

Con este afán...

Con este afán la realidad dispuso
que el tiempo transcurriera en sus barnices
y sepultara una ilusión que puso
entero el corazón en sus raíces.

Tras una fe que en su extensión abriera
la fuerza de un empeño en sus ardores
para cerrar al mundo la frontera
y duplicar amando los furores.

Por avivar en su eclosión la llama
soberbia en su pasión frente al suceso
y no aceptar que se rompió la rama
del árbol que fue nido para un beso.

Que desvirtuó la ruta en el espasmo
en un intento por romper los sueños
y derribar de ayer el entusiasmo
para enfriar la brasa de los leños.

Con este afán esta expresión cimera
y hermosa para un ansia en el encuentro
nunca cerró la puerta a esa manera
bonita de un amor que habita adentro.

Ni nunca pudo destrenzar lo oscuro
la voz eterna de una rima vasta
por la porfía que allanó aquél muro
y demostrara una pasión de casta.

Con este afán por conservar la regia
ansiedad más allá del torbellino
supimos mantener la senda egregia
para amar aún en contra del destino.

Ernesto Cárdenas.

domingo, 11 de junio de 2017

Un milagro en un lienzo...

La conoció en un lienzo sin memoria
que amplió su corazón como una brecha
la contempló en la esquina de otra historia
lejana de otro canto y de otra fecha.

Fue un impacto total, una sorpresa
en medio de latidos y sonrojos
una emoción crucial que solo expresa
la pasión ese idioma de los ojos.

Y recordó de ayer algo perdido
que fuera convicción para una meta
algo que solo entiende el que ha querido
con emoción de loco o de poeta.

Algo de otro equilibrio, otra secuencia
que lo ligaba entero a otro camino
a otra instancia tenaz, a otra presencia
antigua de otra luz y otro destino.

La conoció en un cuadro, eso era todo
lo que bastó a su noche para un grito
para encender su estrella de otro 
modo
y reinventar amando el infinito.

No supo del pintor ni de la excusa
para trazar su rostro delicado
ni el nombre en realidad de aquella musa
venida desde el fondo del pasado.

Pero la amó, la amó sin importarle
que fuera algo ideal, una pintura
la amó en su soledad para confiarle
su espíritu absoluto sin censura.

La amó sin cortedades en la cima
con toda la apetencia de su cielo
en el empeño grato de su rima
y en la tormenta fiera de su anhelo.

Tal vez la conoció en otra avenida
de raras conexiones ancestrales
y pudo contemplarla en otra vida
lejana de otros siglos medievales.

Donde quizá se vieron, se fundieron
en una identidad y una esperanza
y se mimaron siempre y se tuvieron
tomados de la mano en la confianza.

Pues una amenidad lo sujetaba
a reaccionar mirando aquel semblante
que en medio de un sopor lo transportaba
a otra tierra hoy sin nombre y a otro instante.

Y así compró extasiado aquel retrato
que le envolvía el ser y lo llenaba
sumido en un hervor, un arrebato
etéreo de un delirio que lo ataba.

Para tenerla entera en su paisaje
con flores decorando el escenario
así en su sensación como un oleaje
así como un alivio en su calvario.

Y tanto fue su afán, su amor inmenso
que se armó de un arrojo sobrehumano
por un amor divino que era inmenso
para torcer el tiempo con la mano.

Pues se mezcló en la sombra, en otro rito
entrando hacía otro mundo paralelo
andando con su fe por lo inaudito
de un ansia que llegaba hasta el desvelo.

Hasta olvidar su ruta en el presente
entrando por la noche de otra instancia
para otra latitud, otra latente
visión de una rara nigromancia.

Y practicó la alquimia, el sortilegio
antiguo de ocultistas y gitanos
esa noción extraña y ese arpegio
de cábalas, de gnosis y de arcanos

Trocando por embrujo su silueta
su cuerpo antes carnal por unos trazos
que hicieron de su vida otra faceta
rompiendo realidad y antiguos lazos.

Para cruzar su alma a otro hemisferio
que solo se comprende en las visiones
si se levanta el velo del misterio
y se abren a otro azar las dimensiones.

Tan vez el mismo Dios fue la concordia
que le hizo navegar lo indescriptible
y tuvo compasión, misericordia
para ese corazón irremisible.

Que se empeñó rompiendo la frontera
a trasladar su ser hacía otro entorno
a otro sitio sin voces, a otra era
sin llantos, sin dolores ni retorno.

Después no se le vio, no hubo evidencia
pasado mucho meses del suceso
y pronto fue notado por su ausencia
por ese siempre ir como un poseso.

Su casa se hizo gris como el olvido
solo un silencio infausto la envolvía
en lo mustio, en lo apático, el descuido
en la indolencia entera y lo sombrío.

Un día aquella puerta fue tirada
luego de algunos años transcurridos
y allí en una pared se contemplaba
un marco en otra acción de tiempos idos.

Un cuadro en la intención de lo profundo
de un hechizo divino, de un portento
un lugar donde se hizo solo un mundo
perfecto para un salmo y para un cuento.

Para un nuevo quehacer, para un comienzo
lejano de la gente y del martirio
para juntar sus almas en un lienzo
y concretar sus pasos a un delirio.

Y sucedió total lo inconcebible
ignoro si por cábala o encanto
pues lo imposible allí se hizo posible
en medio del asombro y del espanto.

Pues estaban los dos en las premisas
del cuadro demostrando la ternura
allí los dos unidos entre risas
allí ya para siempre en la pintura.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 10 de junio de 2017

Sobre el renacimiento...

Luego del medievo aquél
apareció otra corriente
una más fina y coherente
para darle otro nivel
a la pluma, al cincel
y a la pintura integral
aquella que emocional
rompía una tradición
para otra hermosa versión
del hombre en lo excepcional.

Llegaba el renacimiento
estructurando otra forma
otra luz que no conforma
lo arcaico con su elemento
llegaba a dar cumplimiento
a una inspiración sin veto
a otro rozar lo indiscreto
con gracia por lo selecto
llegaba para un trayecto
de lo bello como un reto.

Para sacudir la dura
obstinación decadente
que impedía la vertiente
natural de la cultura
que obstruía esa aventura
de la pasión en su esencia
y el don como una sentencia
para empezar otra era
y escalar la cordillera
para una hermosa experiencia.

Fue en Florencia, en la Toscana
donde los primeros nombres
dieron fe de aquellos hombres
con la constancia temprana
con la erudición pagana
de otros tiempos ya lejanos
de otras mentes y otras manos
que emularon los talentos
en textos y monumentos
de griegos y de romanos.

Fue un afán, un rigorismo
basado en lograr lo grato
de lo antiguo que fue ornato
para otro racionalismo
un esencial mecanismo
más directo y más valiente
más cercano de la gente
sin los temores del ayer
que impedía florecer
los jardines de la mente.

Fue un tiempo de evoluciones
en todas las avenidas
del arte que soltó bridas
al alma y sus sensaciones
que rompió las conexiones
con la idea medieval
que era un estilo trivial
que se hizo monotonía
en aquella juglería
ya caduca y residual.

Y no solo en la intensión
de la letra o la escultura
se apoyaba la cultura
como una argumentación
otra forma de expansión
se imponía en la tendencia
del empeño por la ciencia
y viajes por conocer
otro mundo y entender
que hay alas en la existencia.

Figuras que hoy conocemos
dan un ejemplo veraz
de otros hombres en lo audaz
de la idea en sus extremos
por los tesones supremos
de Kepler y de Bacón
de Galileo en la acción
por demostrar que valía
estudiar la astronomía
sin miedo o superstición

Botticelli y Cervantes
Da Vinci, el mismo Erasmo
aquél que con entusiasmo
daba notas deleitantes
con temas edificantes
sobre la paz entre hermanos
entre moros y cristianos
y entre todas las creencias
sin existir diferencias
entre los seres humanos.

En fin el renacimiento
resultó una bendición
para el hombre en esa acción
de agitar el pensamiento
de dar fe, desbordamiento
al alma que abrió una puerta
a la cultura en la cierta
sensación de los valores
y ser los fieles actores
de una razón que despierta.

Que tomó otra nueva senda
para mirar más adentro
para encontrar ese centro
de una visión que tremenda
supo arrancarse la venda
de los prejuicios de ayer
y dar otro acontecer
a la opinión sin censura
con una literatura
para un nuevo amanecer.

Que trajo una  reflexión
a los acontecimientos
con un diferente aliento
para la meditación
para una realización
de trazos y proporciones
de clásicas expresiones
en la obra y en el rol
que se hacía en el crisol
de empeños e innovaciones.

Tras noches para lograr
la solidez en la obra
con esfuerzo en la maniobra
para observarla triunfar
para verla consagrar
entre todas las demás
frente al tiempo en el compás
de labores sin estigmas
como ejemplos, paradigmas
que no se olvidan jamás.

Y así saltó sobre el muro
de retrogrados procesos
de aquellos que en retrocesos
se oponían al futuro
por ese seguir lo oscuro
de un agotado libreto
de un rumbo por lo obsoleto
que los ataba al quietismo
de un total escepticismo
sin después para un respeto.

Y quedó para la historia
sin tener comparación
del hombre la decisión
de ser parte de la gloria
y de abrazar la notoria
realidad de su momento
de ese instante, ese ardimiento
de su espíritu y su todo
que le dio lustre a un periodo
llamado renacimiento.

Ernesto Cárdenas.