Con este afán la realidad dispuso
que el tiempo transcurriera en sus
barnices
y sepultara una ilusión que puso
entero el corazón en sus
raíces.
Tras una fe que en su extensión abriera
la fuerza de un
empeño en sus ardores
para cerrar al mundo la frontera
y duplicar amando
los furores.
Por avivar en su eclosión la llama
soberbia en su
pasión frente al suceso
y no aceptar que se rompió la rama
del árbol que
fue nido para un beso.
Que desvirtuó la ruta en el espasmo
en un
intento por romper los sueños
y derribar de ayer el entusiasmo
para
enfriar la brasa de los leños.
Con este afán esta expresión cimera
y
hermosa para un ansia en el encuentro
nunca cerró la puerta a esa manera
bonita de un amor que habita adentro.
Ni nunca pudo destrenzar lo
oscuro
la voz eterna de una rima vasta
por la porfía que allanó aquél
muro
y demostrara una pasión de casta.
Con este afán por conservar
la regia
ansiedad más allá del torbellino
supimos mantener la senda
egregia
para amar aún en contra del destino.
Ernesto Cárdenas.
lunes, 12 de junio de 2017
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