La realidad no miente porque es una
evidencia del tiempo indescifrable
que
sabe concretar como la luna
aquello que es negable o
innegable.
Barrera de algún sueño, de un espejo
que enseña una verdad
para la historia
que tuerce cada noche el entrecejo
diverso de un enigma
en la memoria.
El instrumento cierto de las cosas
que cargan cada cual
en el destino
dejando en la ilusión que crezcan rosas
para mostrar más
tarde el remolino.
La realidad es burla, es levadura
para un dolor
después de lo vivido
resumen de algo escrito, arquitectura
de un algo que
es la nada y es olvido.
Lo supieron los antiguos, los poetas
los
clásicos romanos y los griegos
lo supieron las almas y las
grietas
abiertas que mataron los sosiegos.
La realidad nos choca con
las ganas
con el afán tenaz para la andanza
rompiendo la emoción en esas
vanas
batallas por dar vida a una esperanza.
Sin realizar aquello que
se anhela
lo que se espera ansioso y se aquilata
la realidad hay veces
que modela
el paso hacia un abismo que nos
mata.
Ernesto Cárdenas.
sábado, 3 de junio de 2017
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