sábado, 6 de septiembre de 2008

Amores de los grandes...

Amores de los grandes…
Existieron amores que por su fuerza tomaron altura y pasaron a la historia o la leyenda, por sus firmezas y sus actitudes que dejaron recuerdos, unos triunfaron, otros fueron imposibles, pero todos inolvidables. Amores que quedaron inmortalizados en piedras, como el del emperador mogol Sha Jashan a su esposa al morir dando a luz, y la cual dedicó el famoso monumento del Taj Mahal. Otros amores arrepentidos como el de Honorato de Balzac por Laura de Barny, al cual le dedicó su novela "Un lirio en el valle", o el otro casi imposible del pintor medieval Filippo Lippi por su Lucrecia, sin olvidar el amor de Francisco Petrarca por Laura a la que escribió más de 300 sonetos, o el otro también imposible de Dante Alighieri por su Beatriz a la cual colocó en el paraíso en su "Divina comedia". Para todos esos amores de ayer y de hoy... va mi poema...

Amoríos fascinantes de otra historia
gladiadores de otra luz y otras pasiones
remembranzas de otro ayer, admiraciones
de una lucha, de un empeño y de una gloria.

De dos almas por su fe y el estoicismo
que alumbraron otro siglo las estrellas
desafiantes de éste mundo y sus querellas
que retaron sin temor el cataclismo.

Caminantes de un afecto vitalicio
en su ruta contra el tiempo y la conjura
corazones de esa rara levadura
que enfrentaron por un beso el precipicio.

Energías de un recuerdo que argumenta
la constancia que se extrema hasta el delirio
voluntades que enfrentaron el martirio
sin temor a naufragar en la tormenta.

Inquietudes ya lejanas de otras vidas
de otro anhelo, de otro afán, de otra manera
de otra raza, de otro brillo o de otra esfera
que rompieron del concepto las medidas.

Que dejaron un legado en lo evidente
de otra fiebre por encima del dilema
y hoy habitan sin morir en el poema
comprensivo de un milagro diferente.

Arrebatos de vehemencia en esa alianza
de imposibles que no ataron sus visiones
paradigmas de otra flor, constelaciones
portentosas de un clamor... a la esperanza.

Ernesto Cárdenas.

domingo, 24 de agosto de 2008

No es querer simplemente...

No es querer simplemente contorneando dulzuras
es amar diferente sin atar conjeturas.

Apretado a ese modo de saber que el oleaje
de una piel es la playa que te alegra el paisaje.

Que señala otro sueño y provoca un encanto
donde toda la noche se convierte en un canto.

No es querer por inercia alejado de aquella
claridad de unos ojos que recuerda una estrella.

Apurando la fuerza necesaria que acierta
a pasar sin temores cuando se abre una puerta.

Cuando un algo nos grita que ha llegado el momento
de escribir una historia con un solo argumento.

Porque todo es bonito si al final de la espera
se descubre una tarde la pasión verdadera.

No es querer simplemente repitiendo profundo
que el amor que se siente no es amor de éste mundo.

Porque nada es perfecto y la vida es dilema
que unas veces da risa y otras veces nos quema.

Y hay que andar bien seguros en la ruta y el paso
para ser como un sueño que comparte un ocaso.

Desechando opiniones de criterios ajenos
que no saben de adentro ni tampoco son buenos.

Es pensar de otro modo, de otra hermosa manera
y romper con la duda sin temor a la espera.

Desbrozar ese surco y cuidar las semillas
del cariño que nace de las cosas sencillas.

Como ser uno solo confundiendo el latido
que repite el deseo de soñar lo vivido.

Es dejar en las pieles el calor de una lumbre
que no apaga el invierno y se torna en costumbre.

Es girar un motivo entre cuatro paredes
atrapado en dos brazos sin salir de las redes.

Caminar adelante por montañas y llanos
respirando confianza apretando las manos.

No es querer simplemente reinventado otra senda
es amar sin medidas...aunque el mundo no entienda.

Ernesto Cárdenas.

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sábado, 23 de agosto de 2008

PARA QUERER...

Una línea normal, un argumento
compacto en el trayecto y en el rito
una verdad abierta al infinito
con una sola luz y un sentimiento.

Un ajustar la idea a esa estupenda
confianza de ser ánimo y empeño
un concretar la acción en el diseño
abierto de un latido y de una senda.

Es la manera que comprende el acto
divino de encausar las ansiedades
y la razón que busca afinidades
para otro acontecer hacía lo exacto.

Para dejar atrás ambigüedades
nocivas de un afán sin conclusiones
para esquivar del sueño las ficciones
antiguas que no son las realidades.

Hay que vivir, romper el conformismo
fugarse del criterio del rebaño
hay que alcanzar intrépido el peldaño
de ser para querer...nosotros mismos.

Así dar a la vida un nuevo giro
con nuevo corazón para el suceso
amando sin temor hasta el exceso
hasta exhalar el último suspiro.

Ernesto Cárdenas.

jueves, 21 de agosto de 2008

Persiguiendo un beso...

Tal vez en un recodo de otra historia
se ataron de nosotros los motivos
en una facultad confirmatoria
que supo duplicar superlativos.

Abrir compuertas a una fe divina
retando el tiempo en un sentir de alturas
por algo espiritual que determina
querer sin pausas y estrenar locuras.

Fuimos sin dudas majestad de un acto
con risas para un salmo sin temores
en otra identidad que fue un impacto
abierto de un delirio en los fervores.

Y así en afanes concretamos todo
para un cariño que apuró un trayecto
cumpliendo en el ritual con ese modo
de amar bonito si buscar defecto.

Tal vez en los paisajes de otra vida
vivimos juntos compartiendo pasos
y fuimos la esperanza que medida
supo extenderse sepultando ocasos.

O recipientes de un amor bendito
que en otro sueño concretó un suceso
o algún milagro que hoy explica el rito
de ser dos almas persiguiendo un beso.

Ernesto Cárdenas.

ESTE AMOR

Este amor que se ignora porque nadie lo nombra
es mi cita en el tiempo como un beso en la sombra.

Que no puede entenderse ni mostrarse en su centro
y se queda en mi ganas añorando el encuentro.

Que me llena el instante y me deja encendida
en la rabia un delirio que estremece mi vida.

Este amor es paloma, es un dulce aleteo
que me lanza a los sueños modelando un deseo.

Por saber que su boca es esencia y es reto
de un clamor que sin ella no parece completo.

Se me fuga en el la noche, se me va de las horas
y me anega en la ausencia sin palpar las auroras.

Contorneando en su prisa sin saber los a plazos
de un delirio sin alma si no encuentra sus brazos.

Por un algo que solo se contempla de lejos
y se va en el silencio silueteando bosquejos.

Este amor que sorprende sin hallar la salida
aunque nunca nos llegue, ya tampoco se olvida.

Ernesto Cárdenas.

COMO EXPLICAR...

Como explicar al mundo ésta manía
que tengo por lo suyo en mi coraje
ésta ansiedad y ésta pasión salvaje
que envuelve mi razón en la anarquía.

Este modo de amar que me rebasa
que me hace estremecer hasta el espasmo
éste apurar mi afán al entusiasmo
sin frenos del delirio y de la brasa.

Como explicar el sueño repetido
que asoma la demencia en sus visiones
que deja por su piel aberraciones
detrás del estertor y del gemido.

Del atropello eterno por su beso
en medio de mi noche y de mi fiera
atado a la avidez y a ésta manera
soberbia de mi antojo y de mi obseso.

Como explicar el paso a la avaricia
la intensa tempestad de poseerla
como explicar que muero por tenerla
constante en el temblor de mi codicia.

Ernesto Cárdenas.

martes, 22 de julio de 2008

Más allá...

Más allá del destino y de lo que se espera
hay algo en cada alma como una primavera.

algo que se resiste a ceder simplemente
y a creer que la fuente se secó de repente.

Dislocó la manera, se sumó a lo sombrío
y quedó sin mañana contemplando el vacío.

Más allá del destino en su afán aparece
una fe que se niega a sentir que anochece.

A ladear un reflejo que señala un diseño
y a ignorar un delirio que se agita en el sueño.

Porque nunca se vive sin tener en la andanza
un rayito de aurora que por dentro nos danza.

Un forma que vibre dibujando un afecto
donde inventa el suspiro un milagro perfecto.

Más allá del destino el dilema es tremendo
porque se ama en la sombra...aunque sea muriendo.

Ernesto Cárdenas.

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jueves, 17 de julio de 2008

Después de tí...

Después de tí no importa si el abismo
asfixie con su sombra mi conciencia
y sin tu voz un fiero cataclismo
sepulte entre la rabia mi existencia.

Después de tí ya nada es importante
ya no hay razón ni fe para la marcha
después de tí no importa si distante
fallece el corazón bajo la escarcha.

Después de tí no importa si la huerta
florece de otra forma diferente
o si de golpe se cierre aquella puerta
matando lo que vibra y lo que siente.

Después de tí ajeno de ilusiones
no importa ya tomar rumbos diversos
después de tí no habrán inspiraciones
después de tí... no importan ni mis versos.

Ernesto Cárdenas.

El amor que se aparta...

El amor que se aparta porque sabe que es tarde
no es un amor ficticio no es un amor cobarde.

No es un amor de miedo, no es un amor que a muerto
es un amor maduro, es un amor despierto.

Es un amor que quiere, es un amor que siente.
no es un amor de instinto, es un amor prudente.

El amor que se excluye no es un amor oscuro
es un amor que sabe lo que esconde el futuro.

Que se va sin marcharse, persiguiendo otra senda
y te lleva profundo aunque el mundo no entienda.

Ese amor diferente guarda adentro dolores
habitando un desierto aunque sueñe con flores.

Es un amor sincero que te adora y se encierra
en la sombra (lo sabes) con los pies en la tierra.

Ese amor que se aleja no es amor pequeñito
es amor que le lanza a la noche su grito.

Que te mira y prosigue sin entrar en tu huerta
y anhelando tu dicha no atraviesa la puerta.

Y se va por el mundo, soslayando el encuentro
aunque tiemble su alma, y aunque llore por dentro.

Ernesto Cárdenas.

Donde están...

Donde están esos amores
de Romeo y de Julieta
donde el antiguo poeta
se hace musa en los candores
en los perfectos valores
de un cariño en el exceso
de aquél que sin retroceso
en la lucha sin medida
ofrecía hasta la vida
si era el precio por un beso.

Donde aquellos corazones
que no supieron de olvidos
que parecían cosidos
a sus eternas pasiones
que cantaban sus canciones
al amor con sus tormentos
con sinceros argumentos
que supieron invariables
ser fieles y ser amables
sin romper los juramentos.

Donde se torció el camino
de la ilusión y el decoro
la de aquél sueño de oro
sin temor al torbellino
lo que sellaba un destino
conciso en la persistencia
y era rayo, era impaciencia
sin perder el objetivo
de un amor que era el motivo
entero de su existencia.

Donde se apagó aquél cirio
medieval de trovadores
que sin importar dolores
se enfrentaban al martirio
amarrados al delirio
de constancias sin aplazos
y que rotos a pedazos
luchaban por esa suerte
de morir si aquella muerte
le llegaba entre sus brazos.

Ernesto Cárdenas.

Sin más emociones...

Sin ella, sin su ternura me siento desprovisto de sueños, como actor de un drama de la niebla, apretado, maniatado al hábito de pensarla, de mimarla en mis instantes, de hacer de su sonrisa mi horizonte, una costumbre, una trascendencia hacia el perfume y sin embargo me voy, me alejo de su ruta, trazo en mi entusiasmo una frontera, un abismo divergente, me voy y cruzo el miedo de perderla, concuerdo en otra resignación, en otra equivalencia de lo estoico, en otra conformidad para los pasos, porque ya rendido a la evidencia, a lo imposible penetro en el letargo entibiando afanes y esperanzas.
Se que sin ella tropiezo con la rabia, con ésta inclinación a lo sombrío, me derrumbo, le doy otro gris a mi paisaje rompiendo los motivos de la fe, señalando una agonía, un sendero a la amargura, me voy con su recuerdo a cuestas cincelando un luto, otra tormenta para mis noches, otro suceso, otro escenario para mis cruces, me voy sin rencores en el alma poniendo proa hacia el desierto, hacia el vacío, ya sin latitudes para el delirio, ya sin realidades para el mañana, me voy...solo y sin más equipaje que mis tristezas, solo sin más emociones que mi silencio.

Ernesto Cárdenas.

miércoles, 16 de julio de 2008

Cabalgando...

Cabalgando en avideces
voy inventando reflejos
duplicando los espejos
para verte muchas veces,
y gruñir cuando apareces
decorando mi escenario
apurando el calendario
para sembrar una fecha
al final de la cosecha
tenaz de mi itinerario.

Porque en tí todo plantea
lo cercano y lo remoto
la tormenta, el terremoto
y el nervio de mi odisea,
todo salta, burbujea
se enfurece, da otro giro
todo es pasión que deliro
en la rima donde ensalmo
el ansia que palmo a palmo
te dibuja en el suspiro.


Y así habito en ese abismo
diametral de mi costumbre
y en el rojo de la lumbre
que me lanza al paroxismo
a ese fiero cataclismo
que rechaza la prudencia
que le da otra efervescencia
a éste río que intranquilo
conoce del cocodrilo
salvaje de mi impaciencia.

Ernesto Cárdenas.

Los dos nos comprendemos...

Los dos nos comprendemos, sabemos en el motivo
de un signo que nos ata por algo imperativo.

Por la ilusión que late y avala ese compendio
de labios que entreabiertos desatan el incendio.

Le dan otro contexto al ritmo de una cita
que envuelve con la noche al alma que nos grita.

Para trotar locuras, para retar ausencias
para dejar a un lado temores y prudencias.

Y así será perfecta la fecha y el esquema
para escribir un salmo pensando en un poema.

Los dos nos comprendemos sin pausa en nuestra prisa
abierta en el perfume que flota en la sonrisa.

De la pasión que firme delinea en los reflejos
aquello que florece detrás de los espejos.

Porque nos sella un pacto para una simetría
de un sueño que se sueña en otra astrología.

Y acabará algún día cuando no existan metas
ni besos, ni delirios y mueran los poetas.

Ernesto Cárdenas

No puedes comprender...

No puedes comprender lo que se siente
detrás de una ilusión que desespera
porque el amor es una acción vehemente
que transforma el invierno en primavera.

No puedes comprender porque se escapa
del alma que es pequeña la constancia
ni aquella sinrazón que rompe o tapa
el incienso de un clamor hecho fragancia.

Hay en lo interno una verdad que anhela
cumplir con el llamado de la vida
sencillamente como el ave vuela
o transcurre el dolor sobre la herida.

No puedes comprender porque no toca
que llegue a ti esa pasión en marcha
no forma un nido un corazón de roca
ni florece el amor sobre la escarcha.

Ernesto Cárdenas.

Hago constar...

Hago constar que se me escapa la medida, el concepto primordial de la cordura, el homogéneo signo de lo humano cuando pienso en ella, cuando parodiando a Montaigne no acepto la aptitud de los vencidos, el fatalismo inerte de las cariátides ni la docilidad desesperante de los conformes.
Algo bulle dentro, me rebela el alma, salta, descalabra inercias y fronteras por lo suyo, por ésta emotividad, por ésta insubordinación de los afanes que conspiran dentro, en mis hervores y en los espasmos que abren puertas al delirio y alborotan, dan al traste con normas y mesuras, con ajustes y equilibrios.
Hago constar que hay algo más tras lo notorio, tras mis actos cuando la imagino, cuando la pienso mía y solo mía en los detalles, en forma visceral y plena, cuando todo hacia sus besos indica la costumbre y todo a su sonrisa señala la manía, cuando inquebrantable el sueño concluye en su recuerdo, cuando mi apetito resbala su epidermis como un ritual heroico a la vehemencia, a la espera sin reservas del instante, de éste instante que hoy intenta comprender el origen de la lumbre, y el constante merodear de mis ganas, de mis lobos por el rumbo de su noche y mis antojos.

Ernesto Cárdenas.

Un canto a la esperanza...

Amores que aparecen y rompen el mutismo
antiguo en ese instante que anuncia otro bautismo.

Que animan el silencio con otra melodía
y luchan su batalla tenaz en la porfía.

Amores que no aceptan que todo finaliza
pues saben que hay razones que al alma inmortaliza.

Que hay hechos en el tiempo marcando un aliciente
o un beso que en la noche nos ata en el torrente.

Amores que señalan el fin de una agonía
emprenden un camino para otra poesía.

Comprenden que hay milagros detrás de la distancia
y rosas interiores que aún guardan su fragancia.

Que no los mata el tiempo, que no los rinde nada
y ponen entusiasmos en cada madrugada.

Para emprender un rumbo y comenzar la andanza
cantando nuevamente...un canto a la esperanza.

Ernesto Cárdenas.

Romántica...

Romántica nació de un aleteo
de cisnes, de un delirio y de un vestigio
bendito en la inquietud de ese deseo
abierto a la ilusión como un prodigio.

Porque desborda luz y exaltaciones
dulzura natural para una alianza
de rimas, apurando evocaciones
sublimes de pasión y de esperanza.

Romántica nació por los astrales
pasos divinos que dejaron rastros
y nació por la fe y espirituales
misterios en los sueños y en los astros.

Por conjugar palomas y reflejos
en otra dimensión de aconteceres
por contemplar del alma los bosquejos
que anuncian en su risa amaneceres.

Romántica nació en la concordancia
suprema de una eterna poesía
de hadas, de lirismo y de fragancia
romántica nació para ser mía.

Ernesto Cárdenas.