jueves, 31 de mayo de 2018

El hombre elefante...

Joseph Carey Merrick nació en Inglaterra el 5 de agosto de 1862, y murió el 11 de abril de 1890 sin haber cumplido aún los 28 años, y puede decirse sin temor a equivocarnos que su existencia fue una de las mas sombrías, una de las mas atribuladas y angustiosas del género humano.
Luego de nacer como un niño normal a los 18 meses empiezan las complicaciones, empieza a deformarse tan radical, tan absolutamente distorsionado en su físico, que de ahí en adelante se apartaría de la gente, porque entonces lo miraban como si fuera un insecto monstruoso, o un ente del más allá con terror y repugnancia.
Tuvo unido a todo eso la fatalidad enorme de morir su madre joven y de su padre volver a casarse con una mujer que lo maltrataba, que lo obligaba a trabajar con su penosa enfermedad y que a diario le arrebata el plato de comida aún sin terminar.
Ante tantas humillaciones escapó de la casa y pasó por toda una odisea para poder sobrevivir, su corta vida está matizada por desagradables paisajes, por amargas experiencias y aparte de un tío que lo ayudó durante un tiempo, tuvo al final de su vida la suerte de conocer al doctor Frederick Treves, que lo atendió y lo hizo conocer por buenas personas que lo ayudaron hasta su muerte.
En ese tiempo de tranquilidad escribió algunos poemas y demostró sensibilidad y amor por la cultura, aquí les muestro uno de sus poemas.

“Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
me haría de modo que te gustase a ti.
Si yo fuera tan alto
que pudiese alcanzar el polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre es su mente”.

Joseph Merrick.

Palabras del médico que lo atendió.

"Una cosa que siempre me entristeció de Merrick
era el hecho de que no podía sonreír.
Fuera cual fuese su alegría, su rostro permanecía impasible.
Podía llorar, pero no podía sonreír."

Sir Frederick Treves.

Mi Poema.
A la memoria de Joseph Merrick.

Le negó el cielo su existir tranquilo
en la forma anormal de su figura
haciéndolo marchar por ese filo
de una triste y nefasta desventura.

Que lo lanzó a la noche deplorable
de ser la magnitud para un quebranto
de ser en su apariencia lo execrable
de un hecho cabalgando en el espanto.

Cruzó la burla ajena en su agonía
el golpe y el desprecio lapidario
cruzó por el repudio en esa impía
manera de ser grito y ser calvario.

Vivió la oscuridad de su atavismo
lo terrible del asco y del rechazo
no conoció sonrisas en su abismo
ni supo del afecto de un abrazo.

Era el monstruo, lo atroz, era el distinto
la hechura de un paisaje deprimente
era un aborto raro, era el instinto
de todo lo repulso y lo incoherente.

Sin embargo detrás de esa silueta
del aspecto fatal de su apariencia
había una bondad, había un poeta
había una dulzura y una esencia.

Una emoción, el sueño de un humano
sin odios a pesar de sus dolores
había un gran perdón, había un hermano
andando entre la sombra sin rencores.

Solo anhelando paz y entendimiento
aceptación total sin repulsiones
solo buscando abrir el sentimiento
solo mover amando corazones.

Hace mucho se fue a otra secuencia
su espíritu gentil como un destello
que nos mostró sufriendo otra conciencia
para buscar por dentro lo que es bello.

Ernesto Cárdenas.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Poema para una historia común...

Vivió en quimeras apretando el ego
de su belleza grata para todos
y equivocada así tomo por juego
su vida sin pensar en el recodo.

Rodó en cien brazos, se enfrascó en placeres
calló su corazón que no importaba
y en esa sinrazón de amaneceres
rompió los nudos del pudor que ataba.

Ciega en su mundo se bebió el veneno
del goce que apuraba con sus pasos
y en esa orgía amontonaba el cieno
que luego la arrastrara a los fracasos.

No conoció el amor ni ese embeleso
compacto de una paz ni un pensamiento
ni tampoco el azúcar de ese beso
sincero que perfuma el sentimiento.

Ya en la vejez quiso cambiar su vida
otro marcar un rumbo hacia el aprecio
quiso empezar buscando otra salida
y tropezó la burla y el desprecio.

Odió su realidad, odió el instante
odió la senda que al placer abisma
odió ese mundo al que quiso antes
y odió la falsedad que era ella misma.

Odió el pasado que amargaba tanto
la vida fácil que al andar revierte
odió su alma comprendió el espanto
y penetró con rabias por la muerte.

Ernesto Cárdenas.

martes, 29 de mayo de 2018

Sin darse cuenta...

Y la vejez le llegó sin darse cuenta
del engaño duplicado del espejo
que en un rostro juvenil nunca argumenta
que hay quien nace sin saber que ya está viejo.

Pues el tiempo solamente no conspira
apagando con los años toda lumbre
si abrazados por temor a una mentira
en rutinas vegetamos por costumbre.

Nunca supo que viviendo agonizaba
amarrado a su vaivén de cautiverio
y el cadáver de sus sueños enterraba
en ridículas posturas de hombre serio.

Ya que toda su existencia fue ilusoria
y al saberlo recibió una bofetada
era apenas una sombra sin historia
que llegaba desde el fondo de su nada.

Ernesto Cárdenas.

lunes, 28 de mayo de 2018

Ella sabe quien soy...

Ella sabe quien soy por la certeza
de conocer mi alma palmo a palmo
y por amarme atada a esa terneza
que arrulla cada sueño como un salmo.

Por esa intensidad de sus acciones
que no saben variar frente al suceso
el mismo que cabalga los renglones
a lomos de un poema o de algún beso.

Ella sabe quien soy…sabe que amo
en una sola línea convergente
y en una identidad donde reclamo
ser parte de su afán y de su mente.

De todos los motivos en su paso
de todas las razones en su rima
de toda esa verdad que en el ocaso
levita del abismo hasta la cima.

Ella sabe quien soy enteramente
siguiendo ese compás de los latidos
sujeta a ese querer que consecuente
arropa cada noche los sentidos.

Y sabe que no temo al cataclismo
detrás de su sonrisa y mis pasiones
y entiende que su luz es un bautismo
que puso color nuevo en mis crespones.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 26 de mayo de 2018

No vendrá otro... Soneto enumerativo...

Soneto en que el sentido, la idea se gradúa de forma ascendente hasta el segundo y final terceto, donde la consecuencia se reduce al último verso, y en él se explica que se quiso decir desde un principio.

Si tienes un amor pleno y entero
lleno de fe para seguir la ruta
si navega completo en la absoluta
manera de ser luz, ser hechicero,

sin otra realidad que el milagrero
apremio de soñar que nos transmuta
que nunca martiriza, que no enluta
que sabe comprender, ser compañero,

sin sombras, sin malévolas acciones
sin otra amenidad que el infinito
para amar aunque llegue hasta el delito,

hasta elevar al cielo las pasiones
no dejes que se marche como un potro,
pues si se deja ir no vendrá otro.

Ernesto Cárdenas.

jueves, 24 de mayo de 2018

Serventesios para las almas...

Hay batallas de las almas, de lo interno
que no muestran su luz, ni dan señales
habitando en su noche ese otro infierno
de un camino erizado de cristales.

Son razones sin testigos, sin censuras
que no dejan al azar revelaciones
y que guardan su verdad en esas duras
realidades de terribles conmociones.

Episodios de un secreto, de un suspenso
de un cariño que se tapa o que se niega
de un amor que se cubre y que es incienso
de una fe, de un conjuro o de una entrega.

Ecuaciones del espíritu, del reto
de acallar ese afán que nos precisa
a enceldar cada sueño en un secreto
sin que aflore de ese instante una sonrisa.

Sin que salte la voz sobre el mutismo
de la forma de ser tras la apariencia
por mezclar al andar cielo y abismo
con la sombra asomada a la conciencia.

Ernesto Cárdenas.
 

miércoles, 23 de mayo de 2018

De rodillas mi Dios...

De rodillas mi Dios pido por todos
por ésta fe que es ruta y es esencia
por esa comprensión, por esos modos
que forman con tu luz la convergencia.

Pido para mi andar perseverancia
valor para la lucha en la contienda
pido señor me alejes la arrogancia
pido por no apartarme de tu senda.

Por no olvidar jamás tu sufrimiento
por arrancar de mí las tentaciones
pido para tener desprendimiento
pido tu bendición y tus perdones.

Pido para cargar firme paciencia
para entender tu verbo y tu justicia
pido para la paz de mi conciencia
una actitud humilde y vitalicia.

Pido por tu indulgencia en mi torpeza
por éste corazón y sus defectos
pido misericordia y fortaleza
para imitar tu ejemplo en mis trayectos.

De rodillas mi Dios pido la audacia
para seguir el brillo de tu estrella
pido tu compasión, pido tu gracia
pido por éste amor, pido por ella.

Ernesto Cárdenas.

martes, 22 de mayo de 2018

Me gusta el verso...

Me gusta el verso en su real manera
en toda su expresión y en su contraste
para sentir que el alma se incinera
buscando una palabra en su desgaste.
 
En ese ir y venir del pensamiento
que en fiebres va escalando cada cima
atando cada estrofa a un lineamiento
exacto de la métrica y la rima.
 
De aquella que señala una figura
de dicción concreta en cada indicio
de ritmo, de la imagen que asegura
lo grato en el ritual de un ejercicio.
 
Uno para lograr en sus funciones
la forma natural en el lenguaje
uno para encontrar combinaciones
concisas que den luz para un mensaje.
 
Me gusta el verso que me de problemas
que sea contumaz, odie el modelo
me gusta para atarlo a mis poemas
después de una querella y de un desvelo.
 
Para saber que tengo un adversario
indócil a mi empeño y a mi brío
para quebrar la paz del diccionario
tomando de la mano el desafío.
 
Y desatar anhelos, romper remos
poniendo el corazón en cada idea
llevando el intelecto a los extremos
que rozan la locura en su odisea.
 
Rindiendo esa palabra que la mente
luchó sin descansar hasta encontrarla
y subversiva fue desobediente
para evitar la forma de domarla.

Me gusta el verso que insumiso obligue
a batallar sin tregua cada meta
para vencer, saber aunque fatigue
que soy arte y pasión, soy el poeta.
 
Ernesto Cárdenas.

sábado, 19 de mayo de 2018

Cuando escribo...

Cuando escribo hermanos no contagio
mi obra en el afán con otra obra
pues me aterra pensar en algún plagio
que pueda consumirme en la zozobra.

Escribo natural como quien canta
sin copiar de los otros ni una coma
sabiendo que el mediocre que suplanta
mas tarde o mas temprano se desploma.

Escribo así porque me nace dentro
tratando no seguir antiguas huellas
en marcha estructural por ese centro
lejano de artificios y querellas.

La afinidad tal vez con ciertos temas
presentan comparadas las sospechas
creando desde siempre los dilemas
en ciertas obras que no son derechas.

No se debe negar la coincidencia
la letra sanamente repetida
pero eso se lo dejo a la conciencia
o al bribón que no tiene otra salida.

Yo solo escribo la verdad que usa
el eterno orgullo en cada rima
tratando que mi musa sea mi musa
por el bien mío y por mi propia estima.

Ernesto Cárdenas

Se te comprende...

Se te comprende en el instante mismo
donde giró tu vida hacia otro esquema
donde se siente como en un abismo
el alma confundida en su dilema.

Donde al amparo de un delirio intentas
atar continuidad a una quimera
y en el silencio de tu noche enfrentas
otra verdad como una cordillera.

Se te comprende tras el modo exacto
de una ficción que aparta los ayeres
para escapar tal vez de ese contacto
de sombra que te impide amaneceres.

Se te comprende tras las ansiedades
perennes  y extasiadas de tu empeño
se te comprende con tus realidades
queriendo ser feliz soñando un sueño.

Ernesto Cárdenas.

viernes, 18 de mayo de 2018

Amarte...

Amarte sencillamente
es nivelar la manera
del éxtasis y la hoguera
con otro afán diferente
es cruzar por ese puente
de los sueños al oleaje
de la rabia al abordaje
en apuros y en antojos
para encontrar en tus ojos
la luna de mi paisaje.

Amarte es el formulario
de una química que engendra
un dulce sabor de almendra
en tu beso necesario
es andar el diccionario
para otra literatura
otra nueva asignatura
de un delirio y un empeño
donde siempre teje un sueño
la araña de mi locura.

Amarte es sembrar agrados
en la esquina de un reflejo
es trotar por el espejo
buscando significados
es anular los pasados
de otras arcaicas querellas
es conjugar las estrellas
y duplicar sensaciones
repetido en obsesiones
para coserme a tus huellas.

Ernesto Cárdenas.

jueves, 17 de mayo de 2018

La vida es como es...

La vida es como es, es como viene
desde Adán, desde ayer, desde el momento
contextual que nos muestra ese argumento
de existir donde nada se sostiene.

Por ese eterno enigma que implacable
modela en cada acción el escenario
hasta agotar el viejo calendario
del rumbo hacia el final irrevocable.

Por la hora que llega, por la hora
exacta de la sombra que resume
por la rosa sin color y sin perfume
del tiempo que pasando nos devora.

Con un tropiezo duro en cada trecho
con un solo horizonte y una vía
se va escribiendo el paso cada día
sin nada que arreglar luego de hecho.

La vida es como es, es lo perplejo
lo que nos gasta el alma con su prisa
como un dolor de adentro o una sonrisa
que ya tuvo otra cara en otro espejo.

Otro ser de otro siglo, de otro empeño
que caminó su llanto o su entusiasmo
y un día descubrió frente a su espasmo
que el mundo es realidad y no es un sueño.

Que es el azar que asecha, son los cromos
oscuros de un rigor que nos bojea
es la espiral que engulle en su odisea
la vana conclusión de lo que somos.

En esa telaraña, es esa noria
que gira en un sopor sobre las cosas
son esas asechanzas silenciosas
que van marcando el fin de nuestra historia.

La vida es como sin objeciones
severa, rigurosa en su proceso
la vida es como es no hay retroceso
la vida es como es, no tiene
opciones.


Ernesto Cárdenas.

martes, 15 de mayo de 2018

Como cualquiera...

Tanto afán, tantos fervores
por alcanzar una meta
por lograr esa completa
realidad de los valores
pasar tantos sinsabores
tras una exacta medida
olvidando alguna herida
en el rumbo definido
pensando que se ha cumplido
con ser alguien en la vida.
 
Tanto nervio, tanto obseso
en la historia y en el paso
tanto encontrar el fracaso
y retornar al proceso
de ese diario suceso
de existir que nos anima
para escalar esa cima
de todo lo que anhelamos
en medio de lo que amamos
y aquello que nos lastima.
 
Tanta risa, tanto llanto
tanta esperanza frustrada
tanto sufrir la emboscada
de un dolor o un desencanto
tanto callar ese canto
y cruzar la cordillera
de algún sueño, alguna espera
en busca de lo ideal 
tanto luchar y al final
morirnos como cualquiera.

Ernesto Cárdenas.

sábado, 12 de mayo de 2018

Descargando ideas...

Todo cambia, confabula
 en la plebe para mal
al hacerse funcional
aquello que la estimula
que la achica, la articula
para los retos pequeños
para los fatuos diseños
de sus pasos repetidos
que carentes de sentidos
no tienen ansias ni sueños.

 
Porque lo burdo fractura
con su sombra el intelecto
aquello que da un proyecto
para alcanzar una altura
se jactan de su incultura
gozan con la ordinariez
y en esa desfachatez
se agrupan como los simios
con sus placeres que nimios
no saben de sensatez.

 
Ya no se puede aspirar
a un espacio que tranquilo
no invada ese cocodrilo
oscuro de lo vulgar
ya no existe ese lugar
donde no llegue el tumulto
donde no asome ese bulto
de los rústicos modales
que obscenos e irracionales
ofenden como un insulto.

 
Es triste ver la balanza
inclinarse a la incultura
sufrir la literatura
ante lo rudo que avanza
que rompe con la esperanza
del arte y su difusión
de lo bello en su función
para seguir ese trecho
de todos por el derecho
de una buena educación.

 
Siempre los necios son más
y caminan sin sonrojos
no saben que son despojos
de lo safio en su compás
siempre marchan hacia atrás
en hordas por lo banal
por lo ruin, lo insustancial
que les da los tonos ocres
de alma de los mediocres
en su impericia total.

 
Y es que abunda el que presume
de poca curiosidad
de la poca claridad
que su ignorancia resume
pues desconoce el perfume
del saber en su inmodestia
porque aprender le es molestia
sin ver la razón bien clara
de un libro que lo separa
del salvaje y de la bestia.

 
Ernesto Cárdenas.

jueves, 10 de mayo de 2018

Por qué señor...

Por qué será señor que gana el malo
que sufre el débil sin hallar justicia
que no encuentra el amor un intervalo
frente a aquello que pregona la codicia.

Por qué esa sensación de desamparo
de la humildad librando sus batallas
por qué lo vil, la hez sobre lo claro
y el triunfo sin piedad de los canallas.

Por qué el dolor señor, por qué la pena
la angustia en el que aprecia, en el que siente
en aquél que cultiva la azucena
de la luz, de la fe y lo transparente.

Por qué persigue el odio lo que es bello
lo que indica un anhelo tras el muro
por qué lo ruin señor por qué el degüello
se abate contra el bien, contra lo puro.

Lo que nos canta dentro en esas ciertas
maneras de ser dignos de confianza
lo que nos da una risa y abre puertas
para tejerle un nido a la esperanza.

Por qué señor no llega tu palabra
al bribón, al que hiere, al incorrecto
tocando alguna clave que se abra
y ponga humanidad sobre el defecto.

Para un cambio total, para otra hechura
del sueño, del espíritu y la mente
para otra reacción y otra apertura
del alma que no escapa del torrente.

Para que acabe un día ese dilema
del hombre que se olvida de su hora
del hombre que se enreda en esa extrema
absurda realidad que lo devora.

Ernesto Cárdenas.