jueves, 10 de mayo de 2018

Por qué señor...

Por qué será señor que gana el malo
que sufre el débil sin hallar justicia
que no encuentra el amor un intervalo
frente a aquello que pregona la codicia.

Por qué esa sensación de desamparo
de la humildad librando sus batallas
por qué lo vil, la hez sobre lo claro
y el triunfo sin piedad de los canallas.

Por qué el dolor señor, por qué la pena
la angustia en el que aprecia, en el que siente
en aquél que cultiva la azucena
de la luz, de la fe y lo transparente.

Por qué persigue el odio lo que es bello
lo que indica un anhelo tras el muro
por qué lo ruin señor por qué el degüello
se abate contra el bien, contra lo puro.

Lo que nos canta dentro en esas ciertas
maneras de ser dignos de confianza
lo que nos da una risa y abre puertas
para tejerle un nido a la esperanza.

Por qué señor no llega tu palabra
al bribón, al que hiere, al incorrecto
tocando alguna clave que se abra
y ponga humanidad sobre el defecto.

Para un cambio total, para otra hechura
del sueño, del espíritu y la mente
para otra reacción y otra apertura
del alma que no escapa del torrente.

Para que acabe un día ese dilema
del hombre que se olvida de su hora
del hombre que se enreda en esa extrema
absurda realidad que lo devora.

Ernesto Cárdenas.

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