lo que
real calibra y notifica
en
la razón que de una vez transforma
el
alma para un bien que santifica.
Tener
la suerte de encontar el justo
motivo
para ser feliz un día
atando
el corazón a eso robusto
que
al tiempo en su coraje desafía.
Tomar
las riendas, aceptar el reto
de luchar
por las cosas apremiantes
tras
lo que obstruye y significa un veto
que
nubla los momentos importantes.
Andar
las calles del criterio propio
rebelde
a lo mediocre y a lo raro
saber
que el miedo multiplica el opio
que
opaca la visión de lo que es claro.
Y
así en silencio comprender la vida
sin la
simpleza que sorprende al tonto
pues
todo se repite, está medida
la
coz que nos colpea tarde o pronto.
Se
debe de marchar, tener confianza
sin depender
del gusto de los otros
para
si pierde el mundo la esperanza
se
encuentre esa esperanza entre nosotros.
Ernesto
Cárdenas.
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