domingo, 1 de abril de 2018

Poema para los libros...

Voy atado a la noche cabalgando en un libro
por las calles del tiempo donde soy, donde vibro.
 
Donde voy escuchando de otro ser los latidos
entreabriendo la puerta de otros siglos ya idos.
 
De otro instante en que un alma se lanzó a la odisea
batallando sin pausas sosteniendo una idea.
 
Un delirio en sus genes que alteraba el paisaje
y saltaba hacia afuera redoblando el coraje.
 
Porque siempre existieron corazones con ganas
de trazar un camino y tañer sus campanas.
 
Sin temor en su intento por vencer un recodo
una verja en su ruta con su afán y su modo.
 
Seres recios que hicieron con sus ansias tendencias
de intachables ejemplos que moldearon conciencias.
 
Que mostraron senderos, que legaron los hechos
al regar con su sangre exigiendo derechos.
 
Y también de otros tantos que perdieron la ruta
de la vida al ceñirse a una fe diminuta.
 
Por veredas sin luces, por torcidos motivos
por nacer solamente para ser negativos.
 
Son aquellos que hicieron con el odio su marcha
y dejaron recuerdos que son llantos y escarcha.
 
Que hoy se miran de lejos como aborto de hieles
por nefastos y torpes, ambiciosos y crueles.

 En los libros existo recorriendo la historia
de algún triste fracaso o una nítida gloria.
 
Viendo aquél que luchó destrozando barreras
y al cobarde que ando sin cruzar cordilleras.
 
Admirando al que amó, al que tuvo un anhelo
al que supo emplumar con valor para un vuelo.
 
En los libros encuentro  otro mundo distinto
donde observo en detalle la razón o el instinto.
 
Donde subo a la cumbre, donde bajo al abismo
Sin dejar de ser yo, donde soy siempre el mismo.
 
Ernesto Cárdenas.

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