jueves, 31 de marzo de 2016

El poema y la canción...


Se sabe que la versificación nació con la música, donde se conciliaba la letra a la melodía, y el mejor de los poetas que utilizó ese recurso se dice que fue Píndaro, que empleaba la letra a las exigencias de la música, ya que se desconocía la existencia del poema en ese entonces.
Era un modo distinto llamado hexámetro, que era la base para cordinar el ritmo con la letra, para poner un equilibrio entre el decir y la música de fondo, así se escribió la Iliada y la Odisea, por eso escribí este poema, estás décimas donde trato de narrar ese divorcio entre los instrumentos musicales y el poema en sí, donde cada uno trazó su propio derrotero, para dar dos nociones de arte surgidas de un solo centro.

El poema y la canción...

Fueron dos en su embalaje
el ritmo y la proporción
del poema y la canción
atados a un ensamblaje
para un sonido, un mensaje
que tuvo una consecuencia
antigua de una cadencia
espiritual a su modo
donde los dos eran todo
para un rumbo y una esencia.

Pero se rompió la unión
tomó otra senda el poema
allá en Grecia que fue emblema
de esa antigua filiación
llegó otra argumentación
en el verso por demás
que no quiso verse más
compungido y relativo
y se forjó un objetivo
donde encontró su compás.

Fue ideal esa rotura
del verso y de la canción
porque cambió la razón
de la mente en otra hechura
al crear una estructura
con alas para un evento
del alma, de un ornamento
que acomodó su paisaje
al poema que es lenguaje
de luz para el sentimiento.

Ernesto Cárdenas.

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