martes, 22 de marzo de 2016

Quien no entendió...



Quien no lo comprendió no tuvo arrojos
para beber del cielo en aquél vaso
y se quedó atado a sus despojos
arando sin mañana en el ocaso.

No tuvo identidad para otro sueño
perdió para sí mismo la confianza
se fraccionó en la ruta, no fue dueño
del buen sentido a fin con la esperanza.

Quien no entendió su muerte fue muriendo
en ese para siempre sin salida
en esa irrealidad que va torciendo
los pasos de la mente y de la vida.

No pudo vislumbrar otro universo
otra razón concisa en su intelecto
y solo fue silueta de ese adverso
epílogo de un cisma en el trayecto.

Abandonó las alas para el vuelo
retó la suerte ignoró el camino
y en esa fatuidad ya sin consuelo
volteó para la sombra su destino.

Quien no entendió su verbo fue cautivo
eterno de un error y un anatema
y sin saber aquello negativo
de todo lo que habita en el dilema.

Quien no encontró a mi Dios por excelencia
no pudo atestiguar las compasiones
ni conoció jamás esa clemencia
que rompe de los tristes los crespones.

Que invita a comprender la buena nueva
con otra reflexión frente al suceso
que ayuda a sepultar esa longeva
manera de otra muerte sin regreso.

Porque Dios fue tan grande en su hidalguía
que dio para nosotros la preciosa
herencia de aquél hijo que en su día
nos libró con su sangre generosa.

Nos dio para alegrarnos las estrellas
su infinita bondad si exclusiones
nos dio para seguir sus dulces huellas
nos dio para ser salvo...los perdones.

Ernesto Cárdenas

No hay comentarios: