sábado, 10 de febrero de 2018


El poema medieval… 6/8/2017.

El poema medieval tiene una historia larga, una que prácticamente empieza en el siglo V de nuestra era, luego de la caída del imperio romano ante las hordas bárbaras de las tribus de los Hérulos bajo el mando de Odoacro, que deponen al último emperador llamado Rómulo Augústulo y termina con las luces del renacimiento, o sea, casi mil años duró esa etapa, aunque en verdad los verdaderos inicios de la poesía hispana datan del siglo Xl, donde al parecer, por lo que hasta hoy sabemos su origen viene del seguimiento de las moaxajas árabes y judías, a donde se le agregó luego la pequeña estrofa de las jarchas para darle más sentido a las ideas, primero fue oral y luego pasa a la escritura con los llamados máster de clerecía, que eran casi siempre frailes copistas que sabían escribir, y por lo tanto pudieron recoger las epopeyas para ir creando una poesía propia, una que luego cantarían los trovadores y los juglares durante ese proceso de la alta edad media.
Así nació la épica, tal vez basada en la epopeya francesa de la “Chansón de Roland” a donde pasaron a conocerse en español con el nombre de cantares de gesta, y cuyo máximo exponente se conoce hoy como “El cantar del Mío Cid” aunque hay otras varias épicas conocidas, como “Los siete infantes de Lara” y “El cerco de Zamora” entre otros.
Gonzalo de Berceo se considera como uno de los poetas medievales que rompe con aquella poesía arcaica y escribe en cuaderna vía, que eran estrofas largas de cuatro versos monorrítmicos que cumplieron en su tiempo un cometido, pero que  perdió valor al aparecer en Italia el metro endecasílabo con Dante Alighieri y con Petrarca, cuyos sonetos son todavía reconocidos en nuestros tiempos como ejemplos de poemas de alta maestría, y con ellos llega la otra forma de hacer poesía llamada renacimiento…

El poema medieval…

El poema en lengua hispana
nace en tiempos medievales
y en aquellos personales
empeños de una temprana
emoción hoy ya lejana
de artistas preliminares
de esfuerzos particulares
para dejar un legado
hermoso que fue creado
por clérigos y juglares.

Nació tosco y balbuciente
por pobreza del lenguaje
por carecer de equipaje
aquél idioma incipiente
nació en aquél accidente
de guerras y de tensiones
de luchas y abnegaciones
contra el moro y la herejía
nació de una travesía
del hombre por sus pasiones.

Fue una idea sobre un tema
de antiguas jarchas escritas
por árabes y semitas
que dieron horma al poema
fue la invención de otro esquema
en galaico-portugués
fue una toma de interés
para saltar lo longevo
y descubrir algo nuevo
que amenizara después.

Después cuando el castellano
firmó al latín testamento
y le dio vuelo a otro acento
más manejable y más llano
para un hablar cotidiano
que a pesar de su defecto
hizo tomar el trayecto
a una entonada expresión
que cambió la locución
para otro bello dialecto.

Y así en una hechura oral
se desarrolló una forma
de la idea en otra norma
con la palabra crucial
que se oía musical
en la estructura armoniosa
aquella que vigorosa
hizo al hombre musitar
un verso sin concretar
entre la rima y la prosa.

Que eran vagas intensiones
que buscaban el formato
para trenzar un relato
en arbitrarios renglones
eran versificaciones
carentes de tecnicismos
sumidas en rigorismos
que arrastraban del pasado
lo arcaico de otro tratado
de erratas y anacronismos.

Pero fue literatura
aún gateando en sus inicios
que cruzó los precipicios
en busca de su postura
para romper la censura
de viejas generaciones
de caducas concepciones
que impedían los arrojos
de sepultar los despojos
de antiguas aberraciones.

Pocos nombres nos dejaron
esos primeros poetas
aquellos con sus discretas
emociones que empezaron
desde el fondo y navegaron
por su historia cultural
que aún pobre y elemental
demostraron un talento
que fue apoyo y fundamento
para un arte universal.

Para dar vuelo a otro reto
en busca de más altura
otra que logró mesura
para ganar un respeto
para hacer algo completo
más elegante y tranquilo
para entretejer el hilo
y preludiar otra historia
que fuera confirmatoria
de narrar con otro estilo.

Así llegó una silueta
llamada cuaderna vía
que le dio fisionomía
al ritmo como una meta
para hacer ya más completa
la estampa en afirmaciones
en otras connotaciones
de lo antiguo que en su ocaso
le daba calle a otro paso
de bellas revelaciones.

De profundas reacciones
que crearon un patrón
una entera conexión
con Dios y las emociones
que trajeron conclusiones
a los que después llegamos
a los que luego estudiamos
aquél modelo ancestral
que hoy lo vemos primordial
para saber dónde estamos.

Pues fue el Medioevo esa abierta
realidad para la mente
para cambiar la corriente
hacía otra visión más cierta
fue del saber una puerta
para crecer en tamaño
para subir un peldaño
a la hora de plasmar
un tema sin olvidar
a los poetas de antaño.

Porque así de esa manera
reconocemos el hecho
del bardo que indicó un trecho
para una cultura entera
para izar nuestra bandera
ante la grata evidencia
de otra alma, otra impaciencia
que nos legó lo diverso
de ese milagro del verso
que nos cambio la existencia.

Ernesto Cárdenas.

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