jueves, 1 de febrero de 2018

Me dio las gracias…

La vi vagar sin rumbo por la acera
tristísimo el mirar, de paso lento
ocultando su alma en la severa
oquedad de un profundo desaliento.

Era fea en verdad y sin embargo
sentí pena por ella, por su vida
comprendiendo natural aquél amargo
interior que sangraba por la herida.

No llamaba atención, la indiferencia
del mundo era total con su figura
una sombra sin luz, sin existencia
sumida en solitaria desventura.

Y me acerqué, le dije que era hermosa
con tacto desplegando diplomacias
le puse entre las manos una rosa
se sonrió feliz… me dio las gracias.

Ernesto Cárdenas.

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