Ayúdala señor… bórrame entero
de su alma, de sus sueños, de sus cosas
eclipsa su ilusión y esto que fiero
tan solo le ha traído nebulosas.
Dale otro empeño exacto, otras razones
para torcer el paso hacia otra historia
para anular mi verso y las pasiones
para volverme nada en su memoria.
Anímala en su ruta en este instante
en este itinerario de su vida
a ser para olvidar perseverante
a ser la cicatriz sobre la herida.
Que no me piense más, que dificulte
el tiempo la esperanza en su desvelo
que me arranque, me aparte, me sepulte
en la noche, en la escarcha y en el duelo.
En otra identidad, otro sombrío
fantasma de otro ayer, otro deceso
que me pierda por fin en el vacío
oscuro de otro mundo sin regreso.
Anímala señor en tu clemencia
a duplicar constancia en el coraje
a disipar cualquier reminiscencia
y a dibujar lejano otro paisaje.
Hacia otro veredicto en lo indudable
de un hecho sin mi nombre y sin mi indicio
hacia otra realidad que favorable
no incline el corazón al precipicio.
Anímala señor a marginarme
a encontrar con tu ayuda algún acuerdo
anímala señor a soslayarme
anímala a vivir… sin mi recuerdo.
Ernesto Cárdenas.
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