lunes, 13 de agosto de 2018

Cada día...


Cada día que pasa es un tiempo sin ella
es la nube en el cielo que oscurece una estrella.

Que señala una sombra, que recuerda una bruma
algo triste que opaca el blancor de la espuma.

Cada día es un rumbo sin variar, sin remedio
es un largo camino que termina en el tedio.

Por un hecho que quiso ser perfume y ser nido
ser canción, ser arrullo, ser paloma y latido.

Ser un salmo en la noche, un motivo cualquiera
que apagara una pena y encendiera una hoguera.

Cada día que pasa se hace gris el anhelo
mi sopor, mi horizonte, y prolonga mi duelo.
 
Se hace sangre mi luna, se hacen mustias las rosas
se hace arena mi sueño frente a todas las cosas. 

Por el modo de atarla a mi fiebre y mi tema
Y a este empeño de verla siempre en cada poema. 

Ernesto Cárdenas.

1 comentario:

Unknown dijo...

Dentro de su tristeza, hermosa esa queja tan profunda,
por un amor, que por lo que leo, no termina de concretarse.
Seguramente hay infinidad de amores que perdieron brillo
por ausentarse toda posibilidad de un definitivo, feliz acercamiento.
Tal vez Dios tenga a alguien aún más especial que ese ser en nebulosas.
Tierno y muy cálido lo que hoy has plasmado.

Un saludo
Aurelia