viernes, 10 de agosto de 2018

Me dio la vida...


Me dio la vida en su amplitud la herencia
de ser hijo de Dios, seguir su huella
me dio para entender la trascendencia
del amor, de la rosa y de la estrella.

Del equilibrio sano, de los pasos
de aquello que apuntala y determina
a no expirar detrás de los fracasos
y a recordar que hay luz tras la neblina.

Que hay otra amenidad, otro motivo
otro cielo, otro ritmo, hay otra cumbre
un puente que cruzar y un objetivo
para avivar el fuego de la lumbre.

Me dio la vida este sentir abierto
para esquivar del miedo las dobleces
me dio la mente clara y el acierto
para crecer después de los reveces.

Retando cada hora el mecanismo
del tiempo que deshoja el calendario
sabiendo al escribir que soy yo mismo
en medio de la risa o del calvario.

Me dio la vida en fin lo que estimula
a darle al pensamiento sensaciones
y fuerzas a una fe que confabula
atando a mi quehacer las obsesiones.

Me dio para aprobar la asignatura
de un tesón que desborda los esquemas
y me dio sin calmar esta locura
de arrancar a la noche los poemas.

Ernesto Cárdenas
.

1 comentario:

Unknown dijo...

Si así sientes, eres dueño de una gran riqueza.
Pero al nombrar a Dios y su dadora, generosa forma de ser
tienes el derecho y porque no decirlo, también la obligación
de ahondar más en lo que significa, obrar a través de la fe en Él.
Todos debemos crecer en ese aspecto.
¡Bellas estrofas has escrito!

Un saludo
Aurelia.