la venustez de
un cuerpo ni una cara
yo sé entender
la luz de otro universo
que brilla en la
quietud de un alma clara.
Que marca otro
contorno, da un esquema
para apurar las
ansias sin censuras
que sabe caminar
por un poema
y dibujar con
besos las ternuras.
Busco algo sano más
allá de aquello
que tiene de
obsesión y llamarada
otra razón que
agrada en el destello
profundo en el ritual de una mirada.
Una bondad, un
sueño donde pueda
sentir que hay
un arrullo en los latidos
y una ilusión
tejida con la seda
de auroras, de
luciérnagas y nidos.
No es que me
inspire al escribir mis rimas
el goce material
de unos instantes
yo solo aspiro a
conquistar las cimas
de adentro que
al final son importantes.
La comprensión,
la paz, esa sonrisa
que llena de
colores los momentos
la caricia
elegante que sin prisa
nos hace levitar
los sentimientos.
La palabra que
toca, que nos mece
en una simetría
que contagia
que envuelve con
su acento y estremece
la noche como un
salmo o una magia.
No es que me
inspire al explayar mis musas
la forma que
sorprende en las facciones
yo solo soy
quien rompe las esclusas
y busca para
amar los corazones.
Ernesto
Cárdenas.
1 comentario:
¡Venustez…tu gran amigo, el culto Diccionario!
Cuanta verdad resaltan en tus versos.
La suprema belleza de todo ser humano nace, crece
y se fortalece dentro de sí mismo.
Lo demás es semejante a las flores que no tienen larga vida,
aunque si maravillen a quien las mire.
¡Me gustó mucho!
Un saludo...
Aurelia
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